jueves, 22 de agosto de 2013

Educar al encontrarnos. Encontrarnos en los márgenes.

En mayo y junio pasados se han producido las dos primeras jornadas del Encuentro de Educación Popular que convoca a personas interesadas en las ramas, tramas y derivas de un proyecto educativo alternativo que desde hace décadas hace ruido, moviliza, encuentra y transforma. 
En la convocatoria, se invitaba a reflexionar en encuentros mensuales. Los cuales, guiados por distintos lenguajes que se irían explorando, devendrían en un razonamiento colectivo sobre la Educación Popular. 
Los encuentros se han ido sucediendo en la Biblioteca Popular Caminantes de esta ciudad (Antelo 1345). La propuesta era tentadora, y el calor de las personas no falló. Nuevamente, y en paralelo con muchas luchas que se están llevando a cabo en esta ciudad que piadosamente nos acoge, el Encuentro de Educación Popular da espacio a la transgresión y al encuentro.  
Al respecto, dialogamos con el Coordinador de este espacio: el nómade docente Darío Chano. Un nombre dado por su familia y otro dado por el camino, definen a un educador comprometido con la formación de un proyecto pedagógico alternativo y transformador.  




La Educación Popular como una posibilidad real 

-Empecemos por el principio, ¿cómo surgen esta idea de generar encuentros de Educación Popular? 
-Estos encuentros surgen a partir de discusiones que veníamos teniendo en el grupo de promoción de lectura de la Caminantes. A partir de nuestra intención de empezar a rever algunas acciones que veníamos haciendo. Necesitamos reinterpretar, revisar el camino que veníamos haciendo. Sobre todo porque veíamos que los sujetos con los que veníamos desarrollando cosas eran sujetos políticos. Y por tanto merecían un profundo compromiso.  
Así surge la Educación Popular como alternativa para resignificar las acciones. Surgió ahí. Y después entendimos que, sí nos quedábamos nosotros solos reflexionando en ese espacio, iba a ver un error. Abrimos la convocatoria, y de ahí surgieron los encuentros. Invitando a colectivos y personas que están actuando y tienen esta misma necesidad de resignificar estas acciones. La Educación Popular como una posibilidad. 

-A propósito de estos colectivos y personas, ¿podrías hablar de algunos casos de Educación Popular en la ciudad? 
-A partir de los encuentros,  nos han venido a contar de instancias que tienen que ver con trabajo barrial, por ejemplo. Gente que está actuando en el barrio Capibá, con inquietudes respecto al Apoyo escolar que realizan. Entonces ahí nosotros, desde el espacio entendíamos que el Apoyo escolar era una extensión de la escuela. Sin negarla por ello, vemos que permite abrir otro tipo de relaciones  con los sujetos con los que interactúa. Y también con la gente del barrio. Así que cuando ellos nos empezaron a contar lo que hacían más allá del Apoyo escolar, vimos  que tenían un montón de relaciones con el barrio y que eran las problemáticas mismas del barrio que venían al grupo. Ellos a partir de eso resignificaban sus acciones dentro de la coyuntura y dentro de otras acciones. Entonces, había un principio de Educación Popular: actuar bajo las necesidades de la comunidad. Lo interesante es que este espacio trabaja con un barrio estigmatizado y marginado, por lo tanto excluido. Había un acto de Educación Popular. Quizás no verbalizado, o palpable, pero había algo.  
También están los chicos de la Tribu del Salto, con su experiencia en la defensa de los bienes comunes, en este caso, de ese espacio verde. Tenían opciones concretas. Como el espacio de Aula Verde dentro de su sitio en calle Nogoyá. Muchas experiencias traían, que tienen de alguna u otra manera que ver con la Educación Popular.  Con sujetos activos y en defensa del arroyo.  
Y la misma Biblioteca Caminantes, con su proyecto de promoción de lectura. De muchas lecturas, más allá de la palabra escrita. 

-Si tomamos estas tres prácticas como ejemplo, entre muchas otras, podemos ver qué hay particularidades que las recorren. De allí uno podría desprender algunas características de esta Educación Popular. 
-No hay un concepto de Educación Popular, ya que como concepto no es estático. Se ha resignificado de acuerdo a los tiempos históricos, el contexto en que se desarrolla, los momentos políticos y sociales que se viven. En este marco, dentro del espacio del Encuentro de Educación Popular la entendemos como una corriente político-pedagógica que viene a cuestionar la homogenización, los mecanismos educativos que tienen a reproducir mecanismos de dominación y sobre todo (que es donde más coinciden estas tres prácticas que tomamos de ejemplo) que se pregunta ¿con qué sujeto político estoy trabajando? Ese sujeto es con el que pretende construir. El conocimiento se construye colectivamente. Y ese sujeto tiene como rasgo característico la exclusión, el desplazamiento. Producto de un proceso social de homogenización, hay sectores que son excluidos.  



Las cosas que pasan en los márgenes 

Darío plantea que estas prácticas proponen pensamientos alternativos, desde problemáticas, temas, territorios y personas excluidos. “A lo verde siempre se lo ha visto como un espacio disponible para mercantilizar, y en ese sentido la Tribu del Salto propone otra cosa.” En los márgenes suceden cosas. Sus palabras recuerdan la concepción freireana de la educación como práctica de la libertad. Siguiendo a Freire, oprimidos y opresores no son libres y la educación, cuando es transformadora, puede horadar y proponer prácticas de libertad.  
Pero la educación popular, va más allá de la figura de Freire. 

-Al hablar de Educación Popular, uno piensa en la figura de Paulo Freire. Sin embargo, han pasado muchos años desde las experiencias que motivaron al pensamiento freireano. ¿Qué ha sucedido desde entonces hasta aquí? 
-Ya José Martí hablaba de Educación Popular, así como Camilo Torres (un sacerdote colombiano vinculado a la Teología de la liberación). Y de hecho Paulo Freire no habla de “Educación Popular” sino de una interesante concepción: Educación para la libertad. Lo que sí hizo fue sistematizar en escritura un pensamiento. Un pensamiento que se venía dando en esa época. Con un Freire venido de la teología de la liberación, del movimiento tercermundista, de esta opción por los pobres. Y esa opción por los pobres quiere decir también la opción por los oprimidos. En ese acto de opresión, tratar de buscar las herramientas para la liberación. Allí la educación como posibilidad. Pero no una educación que responde a los intereses dominantes, sino otra educación que concibe a la realidad como matriz dominante.  
A partir de ahí se dieron en Latinoamérica un montón de experiencias. Quizás lo más cercano, aquí tenemos en Brasil el MST (Movimiento de los Sin Tierra) que considera la educación como herramienta de lucha. Incluso han llegado a desarrollar lo que ellos denominan la Pedagogía de la tierra, sistematizada por GadottiLuego acá en Argentina tenemos los bachilleratos populares. Detonaron en los ’90 y a partir del 2001 se dan los procesos más fuertes y logran organizarse en una Coordinadora de bachilleratos populares. No son otra cosa que la formación  de jóvenes adultos con su propia línea pedagógica. Han interpelado al estado para conseguir las acreditaciones, sin dejar de lado su matriz de construcción colectiva.  
También el MOCASE (Movimiento Campesino de Santiago del Estero) tiene una Escuela Agroecológica.  

La mención del MOCASE no es menor. Al calor de las luchas actuales de los pueblos originarios, el Encuentro de Educación Popular muestra su claro apoyo. Según nos cuenta su coordinador, “Para entender la relación entre Educación Popular y Pueblos Originarios, hay que volver a la concepción misma del Estado.” Y sí. Se trata de un estado fundado en el robo de las tierras a los pueblos originarios, desubjetivizados. En ese movimiento de exterminio y robo, la Educación institucionalizada jugó un papel importante. Invisibilizando, desplazando, olvidando. “Hoy, y ya hace un tiempo, estos pueblos comienzan a ver a la Educación como una herramienta de lucha. Empiezan a entender también que dentro de la escuela es difícil concebir que dentro del sistema educativo,  pueda estar representada su lengua, su cultura, su cosmovisión. “, comenta. Y señala que además, hay una fuerte crítica desde estos pueblos a la concepción misma de Educación. Así, los Pueblos Originarios reclaman que no puede haber Educación sin Territorio. Ya que su cultura se basa en la relación que establecen con ese territorio.  
Así, muchas de las experiencias de las que hablamos hacen de su ejercicio un ejercicio educativo libertario. Así en el MST (Movimiento de los Sin Tierra), los bachilleratos populares, las escuelas agroecológicas y otras experiencias como las escuelas autónomas zapatistas. 
La última pregunta que uno se ve tentado a hacerle a Darío es por su rol cómo docente. Los docentes, sabemos, están atravesados por múltiples concepciones. Entre medio del olvido que viven de nuestra parte, caminan cientos de escuelas, miran cientos de infancias y pelean allí donde nadie parecer pelear. Y son también los encargados de abrir ventanas a nuevas alternativas. En el Encuentro, vale decir, hay muchos docentes. Darío por su parte es claro: A partir de la reflexión en torno a la Educación Popular, un docente puede ingresar al sistema “sabiendo a donde está entrando”. Esta toma de conciencia lo distancia de su práctica lo suficiente para propiciar la crítica y el trabajo intelectual. Es decir, una relación su trabajo que le permita transformarlo. Allí, la Educación Popular defiende la educación pública y las practicas transformadoras de la educación. Y esto, dice Darío, ha ido horadando el sistema educativo. 
Y la conversación sigue. A veces cuando uno se encuentra con ciertas personas siente que la charla ha comenzado hace años. Allí donde residen las primeras preguntas que nos revolvieron  la cabeza. Y no puede evitar sentir que la conversación sigue. Con otros, en otros espacios y tiempos. Así pasa cuando uno se encuentra con personas que se preguntan lo mismo, que se detienen ante ciertas miradas. Eso, justamente eso, anda pasando cada mes en la Caminantes. Quien quiera ir solo tiene que mandar un mail a educacionpopularparana@gmail.com . O unirse al grupo de Facebook “Encuentros de Educación Popular”. Si tiene ganas de que se lo vaya conociendo de antes. Sino se llega hasta la Caminantes y, como dice un cartel en su entrada, golpea las manos, chifla, canta o se hace oír como mejor sepa.  


Kevin Jones,
para Barriletes
Agosto 2013