viernes, 27 de julio de 2012

Ocasiones/1


Las siguientes son crónicas de visitas realizadas junto a integrantes de la Asociación Civil Barriletes en Villa Mabel (Ciudad de Paraná) donde se trabaja con los chicos involucrándolos en diversas actividades.
Se intenta participar de estas visitas en calidad de Mediador de lectura.



Sobre la mediación de lectura como práctica

La mediación de lectura, concepto relativamente nuevo en el campo de la literatura, tiene una importancia capital cuando se habla de Literatura y Niños. Mediar una lectura implica, básicamente, construir un puente entre el libro y la persona - en este caso el niño.
Esto es indispensable, ya que la lectura no es un hecho que se de por si solo sino existen factores que pongan en contacto al niño con el texto. No se trata de construir un lector, ya que será el lector mismo quien construya su ‘camino lector’[1]. Se trata en cambio de volver consciente al lector de todos el equipaje poético (Textos internos, textos externos) que cada persona posee -así jamás haya estado en contacto con un libro-, derribar prejuicios y miedos en torno a la lectura, crear lazos y espacios íntimos en torno a esta práctica y entender que leer el mundo es una de las más loables formas que tenemos de habitarlo.
Me es de suma importancia dejar en claro esto, ya que existen muchos enfoques desde los cuales se puede trabajar la Literatura y los niños. Sin embargo, este es un intento por abordar el trabajo lejos de intromisiones didácticas, morales, psicológicas[2]. También se puede caer en la búsqueda de imposición de relatos sobre la lectura así como nuevos y arraigados prejuicios en torno a ella. Prejuicios que trataremos de evitar durante este trabajo. Tomando como  lema, para exorcizarlos un rato, unas palabras de Michéle Petit en Nuevos acercamientos a los jóvenes y a la lectura: “Para democratizar la lectura no hay recetas mágicas. Sólo una atención personal a los niños, a los adolescentes, a las mujeres, a los hombres.”
La mediación de lectura acaba en los ojos del niño, en sus oídos, en sus manos. No se puede –ni se debe- intervenir en el interior del niño, en lo que a cada persona le sucede internamente. En este sentido, los resultados de la mediación de lectura son inmedibles.


Por último cabe una pregunta ética y política necesaria: La mediación de lectura en Villa Mabel ¿importa? La pregunta, ojalá, cause horror al expresarla. Aunque lo más probable sea que haya sido una pregunta que el lector de estas palabras ya ha formulado para sí mismo. Sucede que aún existen –y no casualmente, sino como producto de las ‘formas de vida’ que hemos adoptado- muchos, quizás demasiados, prejuicios en torno a la Literatura y el Arte en general. Sin querer entrar aquí en cuestiones que implicarían otros debates (como la pregunta por sí la literatura sirve), creo necesario aclarar mi punto de vista personal: El Arte es un derecho, en primer lugar. Pero no quiero decir con Derecho acá de los derechos legales y toda esa cosa. Es un derecho en serio. Y no basta con que se encuentre protegido por leyes y tratados. Se ha dicho ya que la poesía es un derecho humano tan necesario como el amor. Y por eso digo que es un derecho en serio, porque es tan humanamente necesario como amar y ser amado.  Necesitamos del arte para construirnos como personas. Y esto se vuelve más ontológico al hablar de la Literatura. Puesto que somos lenguaje. Estamos arrojados al mundo, entre el tiempo y el mundo desconocido. Y es en ese contexto que podemos intervenir entre el paso del tiempo que no se puede frenar, y entre el mundo que nos es ajeno, ahí podemos intervenir cuando el aire pasa por nuestra garganta y decimos la palabra. Solo el leguaje nos hace el mundo más habitable, nos proporciona un asidero en él, le construye sentido para que lo habitemos.
Una sociedad escasa de palabras, escasa de modos de ver el mundo, es una sociedad sin mucha mirada. No es poco importante entonces, que un niño de Villa Mabel tenga las mismas posibilidades que cualquier otro de decir el mundo, de darle sentido a su vida.
Por eso hacer esto importa, entre tantas otras razones que iremos descubriendo luego.


Creo que es necesario aclarar por último, el objeto de estas crónicas.
Toda práctica que nos lleve a otros sitios, que nos involucre con otras personas y otras circunstancias supone un proceso de aprendizaje. Entendiendo el aprendizaje necesariamente como un ida y vuelta. Por eso estas crónicas tiene como objetivo plasmar ese proceso, y registrar las enseñanzas que los chicos de Villa Mabel dejan respecto de la ‘pedagogía de la literatura’.

Visita Martes 17 de julio/2012

Esta primer visita tenía por objeto conocer a los chicos y dar cuenta de sus presupuestos respecto a las prácticas en torno a la literatura.
Para ello, llevamos libros de la Biblioteca de Barriletes para colocarlos al contacto de los niños y ver qué sucedía con ellos.
La lectura está rodeada de aspectos sensibles y materiales. Está rodeada de cuerpos y cosas que podemos sentir dentro aunque no palpar.
Por eso no es menor acercar un libro a un chico. Al respecto, robo a Graciela Montes una anécdota que ella a su vez tomó de Francoise Dolto en la que narra la seducción que un libro en su casa le provocaba sin saber leer:

A veces contemplaba yo la cubierta de cartón –cuenta-. Soñaba. Intentaba recordar todos los detalles de una lámina, después abría el libro y siempre me asombraba encontrar la imagen tal como era. En mi recuerdo, los camellos, los asnos, los hombres de turbante todo se movía, y yo me los encontraba inmóviles.

Continúa diciendo que todos los adultos reían al verla hacer esa acción una y otra vez. Sin embargo, su institutriz no. Ella le decía los nombres de las cosas: “Entonces me parecía bien  que las láminas no se movieran, y las miraba con todas esas palabras maravillosas en mi cabeza, y era como si estuviese ahí”[3]
Montes dirá luego que “el cuerpo siempre está ahí. Siempre está, el nuestro y los otros. Personas, objetos, voces, colores, temperaturas, texturas, contundencias. Es desde el cuerpo que nace el misterio y el deseo de descifrarlo.”
Este pensamiento es el que nos lleva a hacer los cuerpos presentes: Los nuestros, los de los chicos, los de los textos. Esta actividad nos exigía pensar necesariamente los libros como cuerpos de la literatura, desde los cuales nace el misterio.
De esta manera, los chicos tomaron los libros, se apropiaron de ellos en cierta forma, y observaron sus imágenes, se dijeron entre sí comentarios acerca de esas imágenes, de las palabras que encontraban.
Entonces, dimos paso a los otros cuerpos que se podían hacer presentes. Por eso Alicia les leyó, agregando color, textura, temperatura a las palabras un poema de Laura Devetach. Repitamos el placer de leerlo:

Secretos en un dedal

Los dedales escondidos
tienen versos en el fondo
y te cantan en la oreja
mil susurros misteriosos.
Dedalito va
dedalito viene
dame algún secreto
porque me entretiene.
La voz de la lagartija
qué se dice en el parral
la fruta del paraíso
y el mar.
Todo bulle
todo suena
todo cabe en un dedal.

La palabra dedal no fue casual. De hecho su aparición nos permitió generar un dialogo con los chicos y el texto sobre qué es un dedal.
El dialogo permitió que se avecinara otro poema de Laura, ¿Sabe usted qué es un dedal?

Es el sombrero del dedo
que va arriando a las agujas
al camino del hilván.
Es vaso de Pulgarcito,
pesebre de caballitos
hechos con miga de pan.
Vive entre hilos y agujas
y secretos enredados
esperando que lo encuentren
y se pongan a escucharlo.[4]

Son las palabras inapropiadas, las desconocidas, las malas, las desubicadas, las sorprendentes: Son esas palabras como dedal, las que iluminan. Una palabra nueva, un destello. Entonces el lenguaje falla, y no me sirve ya para decir nomás que me des el vaso de agua. Entonces el lenguaje nos llama la atención sobre si mismo. Entonces nos preguntamos qué se puede hacer con esa palabra.
Así, con este comienzo incipiente de juego los chicos dibujaron sobre láminas ‘aquello que el poema les había dicho’.
Una consigna vacía de direcciones, para que pudieran ir por donde quisieran. Y se repitió el destello: los niños quisieron dibujar todos a la Lagartija. Bicho, o más palabra, rara que había aparecido así como si nada en medio del poema. Y más aún, querían saber cómo era; por lo que la cuestión se presentó para poder hacer de lagartijas. Este fue el primer acercamiento al libro, un acercamiento de juego, sorpresa y dibujo. Un mezclarlo con otros lenguajes que quizás les son un poco más cotidianos.
 Cabe destacar a una niña que, puesta en contacto con el libro, quiso copiar el poema. Lo hizo sobre la lamina que se le ofreció para trabajar.
Luego se buscó entre los chicos sus palabras favoritas, se las anotó y guardó como material de trabajo y además, en la ronda final, se les consultó sobre si querían o no seguir trabajando con palabras.

Visita del 24 de julio/2012
En esta segunda visita, se trató de llegar con una actividad organizada y disparadora. Una actividad construida a partir de lo sucedido en el encuentro anterior.
Por ello, se armó una ronda a un costado del mástil y se dispuso a que se leyera un cuento.
Se trató del Cuento de la polla de Laura Devetach. Devetach, a la hora de narrar, se distingue por su capacidad de hacer que las palabras tomen forma, suenen tanto que hasta se hagan presentes. Sus fluflú, guglú, pupipu hacen el lenguaje más perceptible y continúan la línea anterior de lograr ver a las palabras como palabras.[5]
Se propusieron varios juegos que acompañaran a la lectura del cuento. Por un lado, la dramatizar del relato a partir de una persona. Instancia que cumplió Alicia en primer lugar. Y también un juego sonoro junto a los chicos. Así cada vez que esta polla tan qué se yo decía qué se yo, los niños debían realizar un sonido en particular.
La primer lectura arrojó buenos resultados, pero una discusión entre dos de las niñas provocó que se perdiera el momento de lectura. Ante esto, se decidió retomar el ejercicio por segunda vez luego de llegar a un acuerdo común entre todos quienes estábamos en la ronda de volver a jugar con el cuento. Esta vez fue una de las niñas quien se animó a ‘hacer de’, mientras que el resto se mostró más atento a los qué se yo.
Los resultados fueron muy buenos. Esta lectura comunitaria, hecha en voz alta y anexada a diálogos, preguntas, comentarios, dio una nueva perspectiva de lectura.
Elijo cerrar esta visita con un fragmento de una conferencia de Michéle Petit, que me ayudó a confiar en el poder de la literatura y todo lo que puede hacer en Villa Mabel:

“Cuando uno tiene la suerte de acceder a ella, la lectura siempre produce sentido, incluso tratándose de jóvenes, incluso en medios que a priori están alejados de la cultura escrita. La lectura siempre produce sentido, aun para lectores poco asiduos, que si bien no dedican mucho tiempo a esa actividad, saben que algunas frases halladas en un libro pueden a veces influir en el rumbo de una vida. Y esa práctica tiene para ellos virtudes singulares que la distinguen de otros entretenimientos; para ellos el libro es más importante que lo audiovisual en un terreno: cuando permite abrirse a la fantasía, a lo imaginario, al mundo interior.
Al igual que ellos, estoy convencida de que la lectura sigue siendo una experiencia irreemplazable, donde lo íntimo y lo compartido están ligados de modo indisoluble, y también estoy convencida de que el deseo de saber, la exigencia poética, la necesidad de  relatos y la necesidad de simbolizar nuestra experiencia constituyen nuestra especificidad humana. Por todo esto, estoy empeñada en que cada hombre y cada mujer puedan tener acceso a los libros, con los cuales él o ella van a situarse en una lógica de creatividad y de apropiación.”[6]



[1] Tomo este concepto de Laura Devetach, presente en su magistral obra La construcción del camino lector, 2008, Comunicarte, Bs. As.
[2] El concepto de ‘intromisiones’ pertenece a Díaz Rönner quien lo volvió moneda corriente con su ya clásico Cara y cruz de la literatura infantil, 2007, Lugar Editorial, Bs As.
[3] Todas estas reflexiones pueden ser halladas en el artículo “Cuerpo a cuerpo” incluido en Montes, Graciela La frontera indómita. En torno a la construcción y defensa del espacio poético, 2001, Fondo de cultura económica, México.
[4] Se puede oír versiones on line de estos poemas leídos por la misma Devetach. El libro es Secretos en un dedal y fue editado por la UNL en 2003 [Disponible en Biblioteca Esos otros mundos]
[5] Entender a la palabra en tanto palabra es una de las cualidades de la lengua poética. Desde los estudios formalistas a comienzos de siglo, se considera que la percepción de la palabra poética desautomatiza nuestra percepción del mundo. Una vez que logramos que un dedal deje de ser solo un dedal, estamos consiguiendo interpelar al objeto en tanto objeto, como a la palabra en tanto palabra. Sin el arte –llegaron a afirmar los formalistas- la piedra no sería piedra.  Ver Todorov, Tzvetan “El lenguaje poético” en Critica de la critica, 1984, Paidos, Madrid.
[6] Petit, Michéle, ¿Construir lectores? Esta conferencia fue leída en la mesa redonda "Estrategias para la construcción de lectores", durante el Congreso Internacional de Editores de Buenos Aires, el 1 de mayo de 2000. [El fragmento pertenece a su versión on line disponible en www.psi.uba.ar/academica/cursos.../recursos/construirlectores.doc, visto el 26 de julio de 2012.]

lunes, 23 de julio de 2012

-Poema 3-

té rojo para el anochecer
un hombre
escuchando los latidos de un corazón
desnudos
una carta con tu perfume
a veces
los domingos por ejemplo
me gusta pensar que amar a alguien
es eso

-Poema 2-

acaricie su pecho
corriendolé un poco la medallita de la sagrada familia

no pregunté nada
sin embargo dijo
soy casado dijo

le dije que me gustaba
y ahora ni sé si era mentira
o verdad

cerró los ojos
¿así? pregunté ¿te gusta?
sí - dijo -
sólo haz que me sienta lindo

...a resistir desde la militancia gremial en Seguí...

Pensar en hacer algo en Seguí  (cosa que ronda cual rumor varias reuniones, varios mates, varias charlas), implica pensar a Seguí en terminos políticos.
De hecho, asumirnos como sujetos políticos -cosa a la que la Militancia nos arroja- hace que nos sea incoherente no hacer evidente un debate sobre la necesidad de una praxis transformadora en nuestro pueblo.
Escribo estas líneas por una necesidad asfixiante, de pensar a Seguí políticamente como necesidad e tanto estudiante, sujeto político y habitante. Y escribo luego de muchas incursiones en ese "intentar hacer algo en Seguí" que se repiten hasta ahora.
En este sentido, creo que hay varios obstáculos que nos obstaculizan la mirada sobre 'lo que se puede hacer" en el pueblo. Los nombro con el afán de explicitarlos y poder debatir en torno a ellos:
-La presencia de una hegemonía política que excede al propio partido que dice representar. Una hegemonía que se ha transformado ya en un Caudillismo absolutista. De esta manera no existe una Critica política interna al partido -ya que como he mencionado se excede esta visión- y tampoco existe una oposición desde afuera. La oposición tampoco dio un gran desempeño que fuese más allá de lo que ya hemos visto en política seguiense durante el año pasado, y hasta el momento no ha sabido aprovechar las bancas ganadas en la elección pasada. En medio de este clima se hace evidente el desinterés por lo que entendemos por política de parte de los jóvenes.
-La existencia de una tendencia normalizadora: Todo debe ser así, todo es así. Es acá cuando se complica aún más, pues se piensa que la Política es esto que nos han mentido que es, y nada más. Y aún peor: Que hay un limite de cosas posibles, de cosas que se pueden hacer en nuestro pueblo.
-La falta de espacios de participación política no partidarios.
-La ausencia de una Memoria activa y critica sobre los sucesos de nuestra historia como pueblo.

Por estas razones, entre muchas otras, trabajar en Seguí es difícil. Hacer algo en el pueblo es complicado.
Y es para mí, personalmente, el mejor ejemplo de 'mover un elefante'.
Pero es en este contexto que intentamos que nazca una militancia gremial seguiense como actor politico urgete de nuestra realidad. Porque ha sido la docencia y no otra, la que ha sabido dar batalla a la hegemonía urribarrista por un lado. Mientras que por otro, la pedagogía es el mejor ejemplo de lucha creativa y de construcción comunitaria de Poder.
No somos inocentes con nuestros intentos de generar espacios gremiales en Seguí. Lo hacemos con una consciencia militante que hasta parece pecado en nuestro pueblo.
Sé que parece que seamos pocos, pero son pequeños actos que nos pueden proveer de mucha esperanza.
Y al fin y al cabo, creo que es como dice Boom Boom Kid: La vida está bien si no te rindes.




domingo, 15 de julio de 2012

Puto, rojo, barroco y pasional


Me bendigo yo mismo
lleno de mi gracia
que supe conseguir.

Bendito entre todas las mujeres
los hombres
las lesbianas
los putos
las travas
y los colibrís.

Bendito es mi fruto
bendito mi amor
benditos mis sueños.

Me apiado del que me juzga con su dedo nacarado
me cago en la que llena su boca de odio
vomito a la Iglesia, a los curas toquetones
arranco las proclamas que van en mi contra.

Seguro
me muevo en las minorías
y escapo de todo lo que lleve oropel.

He nacido raro, y raro viviré
rodeado de gente más rara aún
envuelto en la rareza de los diferentes
fuera de foco a propósito.

De Norma no tengo ni el nombre,
que muta,
mudo,
hacia la esperanza
de ver y de llegar
de poder volver a amar.

Así soy,
puto, rojo, barroco, y pasional.

Gustavo Pecoraro

La ilustración es de León Ferrari, perteneciente a su mas reciente muestra. 

martes, 10 de julio de 2012

Poema - 1 -


-no te quedes en silencio no me dejes solo con esta música

-te estoy imaginando y en mi imaginación no estas tan solo

-sos consciente de la diferencia de edad ¿no? anoche me puse a pensar en eso

-pero es divertido, tengo ganas de vivirlo

lo imagino con una sonrisa.

domingo, 8 de julio de 2012

Poemas de Papeles de trabajo, la compilación de borradores inéditos de Saer


El gusto por narrar

Subió hasta mí, por mis párpados,
el sagrado rumor, y la entrañable
presencia relumbró nítida; amplio exterminio
hizo fuego sobre mi piel única, y ahora
en lenta locura tiendo a diagramar un llameante
destello. El gusto por narrar,
reducir parrales y ríos a largas voces mudas,
me ha promovido, oh lector, y lucho
contra él, cada noche. Nunca, haciendo
de mí la transparencia más ardiente,
el mundo combatió tanto la pasión inclinada
a soportar su extraño aliento. ¡Que amanezcan *
el verbo, su material, en mi noche negra, y el fogonazo
perdure como una mañana única, perfecta!

Pero nuestros trabajos, también las llamas,
los ordena el infierno.

1967

* palabra de lectura dudosa en el manuscrito








En el día de todos los santos


En este día de todos tus siervos, oh Dios, quiero hablarte cara a cara.
Perdóname que te tutee; Colastiné duerme en paz.
Eres dios y señor de todas las piedras, de todos los ríos, de todas las plantas y de todos los animales;
pero tu nombre es una sombra fugitiva.
Quería hablar contigo desde tiempo atrás.
Si has creado el mundo, quizá sabes tanto de él como sabe mi mano de este poema inesperado que ahora escribe.  
Los hombres te soñamos poderoso, vemos tu nombre inscripto en cada estrella del cielo,
fuente de toda sabiduría, de toda gracia y de toda condenación.
Tus manos expanden la noche, tus ojos son como rayos de fuego puro.
Pero quizá tú también tiemblas, tú también dudas.

Pienso en la carne llagada de esos tus siervos, oh Dios mío.
También nosotros verteríamos nuestra sangre si la maceración se hiciera de pronto luz.
Pero atravesamos ciegos y torpes la cuerda floja que tiembla sobre el mar negro.
Nuestra sangre es anónima, fría y perecedera.
Esos tus siervos arrojaron sobre tu cuerpo oscuro sus treinta monedas de luz.
A nuestra semejanza te hemos creado, oh Dios mío.
Quizá tú también indagas en la oscuridad el fundamento de tu incierto destino,
y por las noches, desnudo en tu reino, lloras una pena solitaria.
Has hecho mal el mundo, oh Dios mío, lo has llenado de muerte y misterio,
de frágiles vidas que estallan con un incomprensible gemido.
Aire, fuego, tierra y agua, sollozan sin paz en una eterna intemperie.
Quizá te compadeces de ti mismo,
pero eres tu propio juez, tu propio testigo, tu propia víctima.

¡Oh, que haya una instancia más alta!
Desgarraremos el firmamento y pediremos por ti.

La piedra cambia sola bajo su dura corteza,
nos abatimos en el interior de nuestra piel,
los ojos del perro no nos dicen nada.

En el día de tus siervos, hablo contigo cara a cara.
Mi palabra es serena, mi queja es melancólica y es clara.
Danos, para comprender el mundo, una luz nueva que sea nuestro sostén.
Dánosla, o la arrancaremos con nuestras propias manos.
Queremos descifrar la muerte, la vida, el aire, los veranos.
Una luz libre, para nuestra condenación o nuestro bien.
Y esto lo pido en el día de todos tus siervos ultrajados. Amén.

noviembre 2 de 1963











La palabra también es visible...

La palabra también es visible, escrita en el cielo,
su forma es azul, y su textura, la del aire.
El sol dorado habla con chispas de fuego real.
No busquen
símbolos, sino una simple letra de ramas tejidas,
presencia o ausencia, o en el agua, signos turbios.
Las tormentas no anuncian un dios oculto,
los besos reflejan una dulce tentación momentánea.
Donde miremos la sombra y la luz se abrazan de amor,
sobre nuestas cabezas, en lo alto del día, la letra permanece
desde la eternidad, aguardando su sentido.
No busquen
lo que no existe en lo que murmura de amor sin precio,
la tierra virgen, dada en totalidad, acepta nuestros largos abrazos,
piedra de sueño, o sueño de piedra,
sumisa sin embargo a un orden real.

Yo no veo en los árboles sino un llamado.

21 de agosto de 1963





jueves, 5 de julio de 2012

Fragmentos para exorcizar una mirada


VII


mirá, ha llegado el invierno
y tú aquí

no me había dado cuenta que
ya era julio

estos días los he dedicado
a dormir leer y dejar
versos reposar sobre la faz de la piel

-¿habré logrado robar algún fragmento de ti?-

estoy exiliandome
a la delicada tarea de ver el invierno llegar
y de olvidar un rostro

el agua cae sobre mí
el viento, siempre el viento,

cosas que hacer en este mundo:
ver el invierno llegar,
olvidar tu rostro



martes, 3 de julio de 2012

Apuntes para mover un elefante (IV): Estrellas


a la gente necesaria y el sueño compartido

Despierto de a poco entre las cobijas de la cama de mi hermano. Es una manera de estar cerca de él, en estas semanas de aquí para allá. Mi gato duerme a un costado, mientras siento el frío de la mañana en mi cara.
Me sorprende la vaga idea de que mañana es diez de mes ya, que es momento de entregar esta columna. Así que comienzo a escribir esta hoja, en lo que se antoja un gesto similar al viento que se deja oír afuera.  En cierta manera me alegra que haga frío, que mi gato  despierte a mi lado, que el cuadernillo se escriba de a poco, y me permita hacer estas confidencias contigo.
Tomemos una hoja. Dibujemos sobre ella una estrella, del tamaño que queramos. No importa cómo sale, lo importante es que estemos seguros de que es una estrella.
Ahora, la tenemos con nosotros. ¿Qué cosas se puede hacer con una estrella? No sabía, así que le pregunté a los chicos del Taller ayer, me dijeron: Sentirla, iluminarse, bailar con ella, verla, oírla.
También se la puede nombrar. La mía se llamará Esperanza. ¿La tuya?
Puedo imaginar su rostro, hecho de todas esas personas que conocí este tiempo. Seguramente será una nómade, como yo, como todas esas personas. Ojalá se contagie un poco de sus sueños, de sus sonrisas, de sus ganas. Ojalá aprenda a abrazar como ellos luego de la tormenta. Tu estrella ¿cómo es?
¿Qué le enseñarás? ¿Qué le dirás antes de acostarse? Yo le leeré cuentos, le diré todo aquello que me detiene, que me hace parpadear el mundo.
Hagámoslo. Tomemos la estrella y vámonos. Yo me voy, a equivocarme, a errar, lo sé. Pero me voy con mi estrella, ella va a estar conmigo.
Esta semana, bajé mi estrella. La dibujé y la nombré. Lo mismo hice ayer con los chicos en el Taller. Lo mismo quiero hacer con esta hoja.
Esta semana que entra tímidamente, con este frío, con alguna sonrisa en el ojal comenzaré a militar una idea en la Universidad. Un sueño, en realidad. Y tenía que decírselo, a quienes leen esta página, a quienes nos animamos a pensar la política desde las estrellas. Y más aún, a pensar que la política y la juventud merecen estrellas. ¿Quieren que lo haga de otra manera? Jamás. Mi militancia es de estrellas, de sonrisas, de abrazos. Y eso haré también: Porque a veces hay que animarse.
Ya tienes tu estrella. Ya has poblado tu noche oscura con una estrella. Ya has poblado el cielo. Ahora, constrúyele un mundo debajo.