sábado, 20 de octubre de 2012

Volver a Saraví



¿Cómo construimos el Canon de poetas entrerrianos? ¿En qué lugar ponemos a nuestros ‘clásicos’? ¿Es posible sacarlos de allí?

Hace unos años que realizo en mi pueblo un Taller Literario. Y es en ese espacio donde me encontré con Guillermo Saraví por primera vez. Quizás por cómo creamos el Canon, quizás por aquella fantasía de que ‘leemos lo que queremos, cuando queremos’, Saraví no había estado en mi formación como lector ni en la Secundaria, ni en la Biblioteca popular, ni en la Biblioteca de casa. Y probablemente, tampoco lo esté en mis lecturas como estudiante universitario.
Se trata de un poeta entrerriano que nació en el 1899 en esta ciudad costera. Una ciudad que lo acompañaría hasta su muerte en 1965. Desde entonces, su obra ha sido objeto de lecturas y relecturas desde los lugares comunes: Museos y editoriales oficiales. Pero, ¿se puede leer a estos poetas desde otro lugar?  Encontrarnos con ese poeta que escribió en estas calles a mediados del siglo pasado. Que fue rebelde y heroico a su manera. ¿Por qué los jóvenes entrerrianos no podemos encontrarnos con ese Saraví?
Cuando trabajé sus poemas en el Taller, comprendí que era posible sacarlos de ese lugar acartonado donde casi nadie o poca gente los conocía, para ubicarlos en otro lugar más cercano e íntimo a nosotros. Esto es, moverlos, leerlos, hacerlos parte de nuestro patrimonio como entrerrianos.
En la Biblioteca Comunitaria de Barriletes, está Tarde antigua aquel libro que la Editorial de Entre Ríos editó en su Colección Homenajes en el año 1999. Esta semana me encontré con ese libro. Ha pasado un tiempo desde que leí por primera vez sus poemas. En ese tiempo me vine a vivir a Paraná y, cuando leo su poema, ya no puedo oír la lluvia caer en esta ciudad de la misma manera:


Llueve, llueve, y por eso, porque llueve sin pausa,
el día que está ausente demora su regreso,
y el alma que padece no precisa la causa
de su mal… Porque llueve, nada más por eso.

La luz sobreviviente tiembla más de lo que arde
y son sólo un recuerdo los dorados países…
¿Los pájaros se han muerto para siempre esta tarde?
¿No volverán jamás los árboles grises?

Parece que hasta el mismo silencio está calado
por la lluvia, y el aire de frío ni se mueve.
Pide un lienzo de sol el cristal empañado
y viejas penas se alzan, por eso… Porque llueve.

En la playa de brumas donde han muerto mis oros,
ya no sé a punto fijo si es que parto o regreso
El alma sólo sabe de elegías y lloros.
Y no está para nadie… Porque llueve…. Por eso.

(Guillermo Saraví, Llueve)

Para el Suplemento de la Biblioteca Popular del Paraná
Octubre 2012

miércoles, 17 de octubre de 2012

La ocasión


La ocasión (...) es un punto de resistencia al tiempo, 
hincha de significaciones el instante.
La ocasión abre el tiempo, lo fisura, dando lugar a que allí 
se construya sentido, se fabrique mundo, que es algo
imprescindible para el humano. Lo nuestro son
los mundos, no sabemos vivir sin ellos.
Si no conseguimos fabricarnos los propios
tomamos otros, ya hechos, y nos los calzamos 
o nos los encasquetamos de cualquier manera, 
como sea con tal de no quedar a la intemperie.
La actividad de construcción o transformación de mundos
nunca cesa y se puede decir que desde que nacemos
hasta que morimos seguimos empeñosa,
casi heroicamente, fabricándonos conjeturas,
ilusiones, lecturas, albergues de significado.
Aunque a veces, por falta de ocasiones,
la actividad parezca interrumpirse
Graciela Montes, La ocasión



Nos hemos movido bastante de nuestros primeros puntos de partida. En este Taller que se propone acercarnos a la mediación de lectura, sus supuestos e ilusiones, solo hace falta que nos acerquemos a ella en la práctica.
Mediar una lectura, es, sin lugar a dudas, un saber experimental. ¿Alguien puede enseñarnos a llorar? ¿Alguien puede enseñarnos a sentir un enamoramiento? Lo experimentamos, lo sentimos. La lectura, en tanto que experiencia y sensación, no puede enseñarse. La mediación de lectura tampoco. Por eso, lo que hacemos en este Taller es acercarnos a ella desde distintas experiencias pequeñas. Cada Taller de estas semanas ha sido un acercamiento experimental. Hemos leído, hemos sentido y observado lo que sentimos. Y hemos construido, en estos apuntes, algo de conocimiento sobre ello.
Esas acciones poéticas que hemos cometido nos han tenido por protagonistas. Hoy, con la actividad que desarrollaremos, vamos a culminar ese ciclo de protagonismo y búsqueda personal y grupal para abrirnos al juego desafiante de la mediación de lectura. Desde ya que este ‘terminar’ va entre comillas, puesto que la búsqueda de elementos poéticos en el interior nuestro nunca cesa.

Hablamos la semana pasada sobre la creación de otro tiempo y otro espacio por parte de la literatura. Hablamos antes sobre la necesidad de entrar en poesía.
Uniendo estos puntos podemos pensar que una ocasión es otro tiempo y otro espacio que nos predispone a entrar en poesía.
Este término, connotado por Montes, es muy propio de nuestra tarea como mediadores. Queremos ser provocadores de ocasiones. De encuentros, de roces. 

 Apunte para el Segundo encuentro de Mediacion de Lectura (Octubre 2012)
Biblioteca Esos Otros Mundos - Barriletes

Pájaros y niños

Desde marzo de este año se realiza en la localidad de Seguí el Taller Literario Infantil "Pájaros en la cabeza" en el marco de la lucha gremial llevada a cabo por los docentes de Agmer Paraná y Paraná campaña. Aquí la crónica de una experiencia de pájaros y niños. 

Contar un taller es difícil  Las cosas que suceden en el tiempo y espacio que se inauguran en un Taller, son difíciles de transmitir porque implican sensaciones y fronteras innombrables. Fronteras indómitas, dirá Graciela Montes -a quien no puedo dejar de nombrar en esto-.  




Los por qué 
El Taller empezó a principios de año, cuando la Filial de Agmer Crespo pasó a ser Agmer Crespo-Seguí. Por primera vez nuestra localidad participaba de esta instancia gremial. Y eso nos parecía importante a quienes estamos cercanos al gremio. Pero sabíamos que la política gremial estaba destinada a ser un bicho raro en Seguí. Lo es, puesto que en nuestro pueblo, como en muchos pueblos del interior provincial, la política se hegemoniza bajo caudillismos arcaicos e inútiles. De esta manera, acercar las palabras Escuela y Política siempre parece algo aberrante. En este contexto, desde tiempo antes estábamos tratando de abrir una grieta en el quehacer político y pedagógico seguiense. En ese intento me la encontré a Araceli. Como se debe encontrar a todo militante, me la encontré en el hacer.  Y como corresponde a los buenos amigos, proyectamos juntos Fue entonces que decidimos comenzar un Taller literario infantil.
¿Por qué un Taller? Porque creemos en expandir los limites de lo que entendemos por pedagogía, porque tenemos Fe en que las instancias informales de educación y encuentro contagien nuestras practicas formales y nos enseñen a vivirlas libremente.
¿Por qué niños? Hay que volver  a la niñez. Siempre y de todas las formas posibles. Donde sea que este la niñez, en la escuela, en la calle o en la villa, la niñez siempre es sanadora y nos reconcilia con el mundo y las esperanzas sobre él. Es posible creer, desde la experiencia, que solo volviendo a la niñez a cada momento salvamos nuestro equipaje poético.
Y digo desde la experiencia ya que el Taller Literario infantil que vamos haciendo en Seguí nos produce a cada momentos -en tanto que docentes como Araceli y que estudiantes como yo- saberes. 
¿Por qué Literatura? Porque la Literatura es una practica de la libertad. Siempre he creído que su más inmenso poder radica en su capacidad de construir mundos y significados desde el vacío. 
Y ante todo, porque no es inocente. Como tampoco lo somos nosotros al dar este Taller. Quiero que esto quede claro: No hacemos el Taller como un 'servicio' que Agmer Crespo-Seguí ofrece a los niños ni como una actividad para 'decir que hacemos algo' o para 'captar afiliados'. No. Lo hacemos porque creemos que la Literatura ayuda a la construcción de la subjetividad de los sujetos, nos da la voz para pensarnos en el mundo. Tomar la palabra nos da poder. Y en este marco, dar el Taller es para nosotros una practica política y un hecho de militancia. Como militantes rojinegros damos el Taller.

Días de taller
El Taller es libre y gratuito. Abierto a todos los chicos de la comunidad, más allá de ser o no hijos de afiliados al gremio. Se brinda en las instalaciones de un Centro de Jubilados local.
Los chicos corren la invitación boca a boca. Y cuando caen al Taller se trato de ponerlos en contacto con el Arte. Nuestro eje es la Literatura (y las practicas que se desarrollan alrededor de ella: lectura, escritura, interpretación). 
Es la variedad de nuestro grupo lo que nos obliga a hacer un esfuerzo para crear las actividades.
En ese contexto creamos un libro artesanal a partir del relato Una luna junto a la laguna de Adela Bach. Allí en alguna tarde soleada leímos poemas de Elsa Bonermann. O una tarde de invierno leímos a Gustavo Roldán. En la ronda, en el espacio donde este último viernes discutimos qué es ser colonizados, donde todo sucede. Es en los días de Taller, en los pequeños espacios, donde suceden las cosas importantes. Es cuando los niños toman la hoja y crean un cuento a partir de un sueño. Cuando creamos un Cuento colectivo, o jugamos al Huevo podrido pero de Cuentos. 
Así el Taller ha ganado un lugar en el pueblo. Un espacio poético para los niños de nuestro pueblo. Por eso  no quiero contar las actividades que hacemos o haremos. Hay proyectos, sí. Pero siempre es más importante, más ahora que estoy escribiendo para otros docentes y estudiantes, contar por qué hacemos lo que hacemos. Chusmear el placer que sentimos de hacer este Taller. Y, ya que estamos de confidencia, les paso para cerrar una frase de Juanele en sus Notas Autobiograficas que bien viene al caso:

"La poesía no pertenece a nadie o es de todos. De aquí que debamos hacer todo lo posible para crear las condiciones necesarias para que todos la sientan, para que todos puedan vivirla en todos los momentos, como que todos los momentos tienen su ritmo. Lo que significa colaborar con la transformación del mundo, en el cambio de la vida"

martes, 16 de octubre de 2012

tonos

el color
oscuridad
que hay

entre tu hombro
su remera gris
y el aire que respiras

su mentón
la barba que no se rasuró
y el techo del lugar que alquilas

el aire que él respira
el pelo morocho
y la sombra de un ojo

la llanura de su pecho
el relieve de su boxer
y el foco apagado

el color
oscuridad
que hay

entre los años que él tiene
y los que tu tienes

deberás ofrecer largas noches
a la tarea de conocer
los tonos de la
oscuridad
que hay entre
dos hombres



domingo, 14 de octubre de 2012

-Poema 11-


-Si, algunos vagitos si.
Pero siempre para hacer algo tranqui, franela, paja...
Mas no me animo, además quiero que si hago algo mas sea con un vago
con el que algo mas o menos
real
tenga.

-que es mas o menos real?

-Ni idea
supongo que uno siente cuando algo es real o no, creo.

-real de que decís
onda?
sentimiento?

-si, algo asi

-ah ok

viernes, 12 de octubre de 2012

Palabras clave

El poeta hindú Tulsi Das compuso la gesta de
Hanuman y de su ejército de monos. Años después,
un rey lo encarceló en una torre de piedra. En la celda
se puso a meditar y de la meditación surgió Hanuman
con su ejército de monos y conquistaron la ciudad
e irrumpieron en la torre y lo liberaron.

                               Borges y Bioy Casares, en Historias
                               breves y extraordinarias.


En nuestro pequeño e intimo encuentro de la semana pasada pensamos (o nos surgieron) algunas palabras clave en torno a ‘lo que la lectura nos provoca’. Y más aún, lo que una ‘práctica poética’ nos provoca.
Nos concentraremos en dos de esas palabras. Se trata de Niñez  y Libertad.

Niñez
Respecto a la niñez, debemos calificarla de manera incansable como fuente poética. No porque la única poesía verdadera sea la de la niñez, sino porque la niñez es el estado más disponible para lo poético. Más predispuesto a entrar en poesía. Entonces, ¿sólo podemos entrar en poesía siendo niños? Sí y no. Sí si entendemos a la poesía como un estado, una forma de ser y ver el mundo. No si entendemos por niñez una franja etaria.
Veamos de qué se trata esta disponibilidad poética de la niñez. Taller literario infantil. Se trabaja con los niños desde comienzo de año. En esta ocasión estamos trabajando con preguntas. Hemos traído algunas del Preguntario de Neruda. Entonces, para empezar, hablamos sobre qué tipo de preguntas se realiza cada uno. Casandra, de nueve años, levanta apresurada su mano y nos dice: Yo me pregunto de qué color será mi corazón.
Cuando decimos que la niñez posee disponibilidad poética nos referimos a esto. Pues bueno, cuando el pasado jueves se habló de la nostalgia de la niñez, o de cómo nos habíamos sentido niños realizando aquella carta, estuvimos conectando esa experiencia poética con la niñez y esto no es casual.
Ser niño implica ver el mundo con ojos nuevos. Lo poético nos exige una mirada sobre el mundo despojada de representaciones. Ser niños implica preguntarse, cuestionarse y explorar al igual que lo poético. Finalmente, ser niño implica estar pronto a, estar al borde de, al igual que lo poético.
Por eso, conectarnos con nuestro propio equipaje poético quiere decir ser niños en cierto modo. A mirar el mundo como niños iba dirigida la actividad con que inauguramos el Taller de hoy.
Respecto a este punto volveremos cuando podamos entablar contacto con experiencias de la niñez. Cabe decir además que ser mediador de lectura necesariamente es no clausurar la niñez. Hay que volver  a la niñez. Siempre y de todas las formas posibles. Donde sea que este la niñez, en la escuela, en la calle o en la villa, la niñez siempre es sanadora y nos reconcilia con el mundo y las esperanzas sobre él. Por eso, creo desde la experiencia que solo volviendo a la niñez a cada momento salvamos nuestro equipaje poético.


Libertad

La segunda palabra que nos ocupa es quizás la más potente a los fines de la mediación de lectura. Ya que, entender de qué manera la literatura es una práctica emancipadora nos ayuda a comprender el potencial de la mediación de lectura.
Comencemos viendo alguna ejemplo sobre los efectos de la Literatura. Centrémonos en algo que nos ocupará pronto como la Literatura infantil.  Una investigadora tucumana, Rosanna Nofal, ha centrado sus estudios en las formas de expresión de las memorias traumáticas (Golpe de estado, Guerra, Hambre) en la Literatura infantil argentina. Al respecto señala, hablando de la censura a los libros infantiles durante la última dictadura:


“La fantasía estuvo y (lo que es aún peor) está bajo sospecha; es peligrosa porque está fuera de control, nunca se sabe bien a dónde lleva. Esta oposición entre realidad y fantasía esconde los mecanismos ideológicos que les sirven a los adultos para colonizar a los chicos. La literatura infantil, un campo aparentemente inocente y marginal, es uno de los espacios más importante en el que se libran los combates entre memoria y olvido más reveladores de nuestra cultura porque desde el Jardín de Infantes a la Universidad la literatura es el instrumento vital para la inserción de los individuos en las formas perceptivas y simbólicas de la sociedad. El texto literario que circula en las instituciones educativas está generalmente emparentado en una formación ideológica dominante. Es quizás una de las ilusiones de nuestro tiempo, creer que somos libres de leer y escribir cuándo, cómo y dónde queremos; como cualquier otra práctica social, estas actividades están sujetas a diversas formas de  control y regulación.”


La fantasía nos da miedo. La fantasía es censurada y clausurada. Una dictadura le teme a la fantasia. Puntos suficientes para poder pensar que lo fantástico es, sin lugar a dudas, una zona liberada. Es decir, una zona donde las reglas y ordenes sociales se caen. Donde un elefante hace huelga, como sucede en el cuento de Bonermann. Donde el concepto de lo que entendemos por real se cae. Y al caerse, se pueden caer con él el entendimiento de que ‘las cosas son como son’, de que ‘está bien que así sea’, o ‘es lo que hay’. Si estos lugares comunes se caen, son puestos a prueba por el temblor de lo fantástico, el mundo es puesto entre signos de pregunta. Si algo nos puede enseñar la literatura es a no aceptar las cosas como nos son dadas.
Aquí tenemos una primer arista de la literatura como practica de la libertad. Pero, vayamos un poco más allá. La literatura, sostiene Graciela Montes, es una construcción de la libertad.
Este planteo la ubica en lugar preponderante respecto a la libertad: Es su constructora y artífice. E incluso, veremos, es constructora de una libertad bastante especial.
Por creer en esa libertad es que he puesto estas palabras bajo el amparo de aquel breve relato de Borges y Bioy Casares que inaugura estas paginas. Un hombre medita en una torre y sobre ese vacío surge el héroe y su ejercito de monos. ¿La literatura funciona así?
Debemos decir que en gran medida sí. Pero, mejor retomemos esta pregunta un poquito más tarde luego de ver unas propuestas de Montes.
Pensemos por ejemplo en una abuela contando un cuento a su nieta. Un relato oral. Una escena como la que nos contó Milena  la semana pasada. ¿De qué cosas está hecha esa escena?
En primer lugar podemos señalar que esta hecha de gratuidad. Alguien regala tiempo al otro. Cuando eso sucede grauitamente, cuando yo te cuento un cuento por el simple (y maravilloso) hecho de contarlo y no te pido nada a cambio de eso, estamos inscribiéndonos vos y yo en un terreno gratuito. Y eso, en el sistema en que vivimos, implica la instauración de otras reglas.
Por tanto, cuando uno está rozándose con la literatura, cuando uno está construyendo un cuento con su boca como la abuela de Milena, está ubicándose en otro sistema. Y para ubicarnos en otro sistema necesitamos otro tiempo y otro espacio, instaurar reglas para él y visitarlo seguido.
Efectivamente, el momento del cuento de Milena y su abuela es otro tiempo y otro espacio. Montes, al contar una anécdota similar, nos dice “se me hace que esos momentos fueron muy largos. Como si la duración del cuento estuviese hecha de otra materia. Por lo general sucedía en el final de la tarde, después de tomar la leche y antes de empezar a preparar la cena. De esos momentos, (…) tengo un recuerdo más lento, como si cavasen un espacio diferente. No es el recuerdo de la actividad diaria, de ir y venir de la escuela, comer, pasear, hacer los deberes. Es más tiempo. O un tiempo más denso. O más hondo. Un tiempo de otro orden”
Hay además en esa escena, poderío. El poderío de alguien que está construyendo ese mundo. La abuela misma de Mile, inauguraba otro tiempo y otro espacio. Por lo tanto debe de haberse sentido poderosa narrando esas historias.
Y había, por ultimo, un don. El don de la ficción. Esa zona inescrutable que está en el medio de la vida Sabemos que la literatura tiene que ver con la vida, eso nos es incuestionable. Pero ¿de qué modo? ¿De qué modo La confesión de un paraguas que leímos la vez pasada nos hace pensar en la vida, en nuestra vida? Sabemos que nos lo hace hacer. Guardamos silencio después de escucharlo. Pensamos, nos inquieta, nos incomoda. Para que esa incomodidad tuviera lugar, tuvimos que dejar que ocurrieran muchas cosas antes. Tuvimos que entrar en poesía, tuvimos que pactar con la ficción un trato y fundar otro espacio y otro tiempo. Ese trato con la ficción, ese creer lo que nos dice porque lo sabemos verdad más honda en toda su mentira, eso está en crisis. Y no es casual que en nuestro sistema humano lo esté.
Volviendo y ya para ir cerrando, nos quedó una pregunta sobre aquel héroe y su ejército de monos. ¿Será nomás que la literatura funciona así?
Quizás solo la experiencia nos lo diga verdaderamente, pero mientras tanto ánimo una respuesta: La literatura construye mundos. Y los construye sobre el vacío. Un hombre se puede poner en medio de una plaza y cantar sobre el vacío una historia de la cólera de otro hombre, medio verdadero, medio inventado y de cómo esa cólera tuvo consecuencias en una guerra allá lejos y hace tiempo. Un hombre que hace eso acaba de fundar un mundo, el mundo de la Iliada. Y con ese mundo acaba de fundar una visión de este mundo. Acaba de inventar a Aquiles sobre el vacío. Y Aquiles está ahí, invisible. Pero cuando yo leo la Iliada y siento las lágrimas de Aquiles que llora ofendido, cuando yo sufro con él la muerte de Patroclo, cuando yo lloro y me siento un poco Aquiles ¿es tan invisible?
La literatura, con su capacidad de construir mundos.



 Apunte para el Segundo encuentro de Mediacion de Lectura (Octubre 2012)
Biblioteca Esos Otros Mundos - Barriletes

lunes, 8 de octubre de 2012

-Poema 10-

el chico de hoy
tenía olor tabaco

mucho

mejor
eso lo hace recordable

las camas se tienden
para destenderse

los hombres se tienden
para destenderse

y para que te susurren
vos me acaricias mejor
que las minas

y sentirte alguien