sábado, 5 de noviembre de 2011

Con la boca seca

Luchando, con la boca seca
de ternuras. Tratando de ver el futuro
con la orfandad del mundo.
En algún lugar han de estar todos
los besos de mi adolescencia.

Ya no lloro. Solo hay días en
que siento la melancolía de la
noche que roza mis sueños.

martes, 1 de noviembre de 2011

Una mala palabra llamada Futuro

Futuro. Bendita palabra. A través de los años uno va depositando sus deseos, sus más profundos sueños y anhelos en aquella palabra. Y es a través de aquellos mismos años que uno pierde la nocion del futuro.
De repente es noviembre, de repente uno está delante del futuro como si se tratase de un monstruo a punto de devorarnos.
Es entonces cuando uno al fin aprende que el futuro asusta. Que la libertad y el tomar decisiones da miedo. Y me cuesta decirlo, luego de años de ver el futuro como una salvación para mi vida. Y el futuro no es eso.
Por la simple razón de que no hay futuro. Todo lo que tenemos es presente. Todo lo que vivamos serán momentos del presente. Nuestros mismos ojos verán todas aquellas cosas que nos han sucedido y que más tarde han de suceder.
Porque sucede que el futuro no es más que una mentira. Estamos rodeados de presente, aquel momento en que estamos. Y lo que hagamos "el año que viene", "lo que estudiemos" y todas esas cosas no son nada más que hechos que nos sucederán como parte de nuestro presente. No sucesos aislados. Así como este mes que hoy empieza...Un mes que es el momento justo para ser feliz.

La edad de ser feliz:

Existe solamente una edad para que la gente sea feliz,
solamente una época en la vida de cada persona
en que es posible soñar y hacer planes,
y tener la energía suficiente para realizarlos
a pesar de todas las dificultades y los obstáculos.
Hay una sola edad para que la gente se fascine con la vida
y la viva con pasión, para que disfrute todo
con la mayor intensidad, sin miedo ni culpa por sentir placer.
Existe una época dorada en que la gente puede crear y recrear
a su propia imagen y semejanza,
y vestirse de todos los colores y experimentar
todos los sabores y entregarse a todos los amores sin
concepto alguno de pudor.
Hay un tiempo de entusiasmo y valor en que todos los desafíos
representan una invitación a la lucha y se enfrentan
con plena disposición a probar algo nuevo, una y otra vez,
cuantas veces sea necesario.

Esa edad tan fugaz en la vida de las personas se llama PRESENTE
y tiene la duración de un instante que pasa.

(Mario Quintana, escritor brasileño)