sábado, 28 de abril de 2012

Apuntes para una posible poética


Apuntes para una posible poética


El hornero, como buen traductor,
hace su casa en un poste de luz.
En el hotel de enfrente un hombre duro
busca la palabra justa en la pastilla de cianuro.
Se ha comprobado que después de casados
los cónyuges añoran
aquella velocidad persistente
y caen en el engaño.



Apuntes para una posible poética II


El salvaje persigue al ciervo durante días y noches.
Sin comer, sin dormir.
No se le acerca demasiado ni intenta lastimarlo.
Sólo lleva un pequeño morral y un cuchillo.
Pero el ciervo siente que en esa insistencia
está concentrado su destino.

Fabián Casas

-La foto es de Iori Tomita. Japones cuya obra conocí  y robe de un Face-

miércoles, 25 de abril de 2012

Poética

La poesía no nace.
Está allí, al alcance
de toda boca
para ser doblada, repetida, citada
total y textualmente.
Usted, al despertar esta mañana,
vio cosas, aquí y allá,
objetos, por ejemplo.
Sobre su mesa de luz
digamos que vio una lámpara,
una radio portátil, una taza azul.
Vio cada cosa solitaria
y vio su conjunto.
Todo eso ya tenía nombre.
Lo hubiera escrito así.
¿Necesitaba otro lenguaje,
otra mano, otro par de ojos, otra flauta?
No agregue. No distorsione.
No cambie
la música de lugar.
Poesía es la que se está viendo.
                                                         Joaquin Gianuzzi


En Señales para una cuasa personal (1977)


Escalera al suelo
por Ramiro Sosa

domingo, 22 de abril de 2012

¿Por qué un Taller literario infantil en el marco de la lucha gremial?


La poesía no es un lujo, o un divertimento, es una necesidad, como lo es el amor.
Aldo Pellegrini

Con esta frase como máxima, como guía y síntesis de lo que queremos decir –casi como manifiesto de lo que creemos respecto a los espacios poéticos de este mundo-, salimos a hacer las primeras promociones del Taller junto a Araceli.
Con Araceli nos conocemos desde hace algún tiempo, y vale decir que fue su rol de Delegada de Agmer en Seguí, en su escuela la 61, lo que hizo que nos acercaramos más. Podría decirse que entablamos una especie de amistad, construida por el paso del tiempo como todo. Y uno con los amigos se atreve a proyectar, a soñar, a tener causas comunes. Tal es así que en cuanto tuvimos la oportunidad, levantamos vuelo a un sueño pequeño que teníamos a un costado: La actividad gremial, bicho raro en Seguí, comenzaba a llegar a nuestro pueblo como invitación a la lucha, a la creatividad, al reconocimiento del poder que la pedagogía encierra.  Nos referimos a la novedosa ocasión de que la Filial de Agmer Crespo pase a ser Agmer Crespo-Seguí, y la actividad gremial estuviera más relacionada con el quehacer social y político de nuestro pueblo.  Eso significaba más actores sociales interviniendo el día a día seguiense, y eso siempre es bueno.  Por eso, a modo de celebración quisimos con Araceli comenzar en seguida a planear nuestro Taller.
Pero la pregunta es ¿por qué organizar un Taller desde Agmer?
Desde hace tiempo, trabajadores del lenguaje de nuestro país que se hallan relacionados a la búsqueda de conceptos sobre la Literatura y su rol social, entienden que los espacios de taller como “espacios poéticos”. Esto concepto no limita el trabajo a la poesía como a primera vista parece, sino que entiende la poesía como ‘algo’ que difiere del mundo, algo novedoso, fuera del orden, extraño que ocurre en él. Incluso, Laura Devetach plantea que se trata de “una forma de estar en el mundo” y aclara enseguida: Este planteo deja por ahora de lado a los niños, y nos involucra a nosotros, los adultos, personas, despojados de roles, justamente para poder luego no dejarlos de lado en algo que ellos –los chicos- experimentan como algo natural  y que la mayoría de las veces desconocemos, desdeñamos o reprimimos”.
Entonces, ahí es donde uno elige donde pararse. Como acto político, como acto pedagógico (¡Qué palabras parecidas! ¿no les parece?) elegimos construir y defender espacios poéticos para nosotros y para los niños en Seguí, en el Seguí de aquí y ahora.
La defensa del espacio poético implica crear espacios donde el yo-nosotros permita vislumbrar aquello que escondemos dentro: Aquella calandrias, dice Gelman, que tenemos en nosotros.
Por eso, en cada Taller, lejos de banderismos gremiales (convencidos de que el acto habla por sí mismo), tratamos de abrir la puerta para jugar mientras el lobo no está. Para jugar, para desandar un camino. Y para que nosotros, docentes, estudiantes universitarios, niños de Seguí, defendamos el derecho a estar en el mundo poéticamente. Y no es menor que esto sea respaldado por el gremio docente entrerriano, ya que es darnos cuenta de nuestro trabajo ya sea como trabajadores intelectuales o como quienes aspiramos a serlo.
Entendiendo la poesía como necesidad, como derecho, entendemos este Taller como un espacio de construcción de poder y de lucha. Eso no es poca cosa.  
Kevin
para Pájaros en la cabeza

viernes, 20 de abril de 2012

Ecco, fanciullo, io ti ho portato a questo
luogo selvaggio, a notte, per che fare?
Non so. Non posso soffocare io questo
amore della vita. E sotto è il mare.
Lo varcherò. Conoscerò le genti
più disparate. Vedrò quanto è bella
la vita negli occhi di chi ha
quindici anni, fanciullo, come te.



Mira, niño, te he traído a este
lugar apartado, en plena noche ¿para qué?
No lo sé. Yo no puedo sofocar
este amor de la vida. Y el mar allá abajo:
lo surcaré. Conoceré a la gente
más distinta. Veré la belleza
de la vida en los ojos de quien tenga
quince años, niño, igual que tú.

                                                     Sandro Penna
la foto es del gran Adi Nes

pájaros en la cabeza, viernes 20 de abril, el sol y sus colores


-Yo dibujé el sol así porque así lo veo a la tarde. Cuando vamos con mi papá en el camión, mi papá es camionero, cuando vamos en el camión yo lo veo así de todos colores cuando va a ser de noche a través de la ventanilla.


Sólo eso. Un cuento de Adela Basch, unas palabras, una frase, y una anécdota respecto al sol. A veces solo eso, esas miradas desde la alcantarilla, bastan para conocer el mundo.
No tengo más palabras hoy. Iba a hablar de la rima en el cuento de Adela, que tanto gustó a los chicos. Sobre como sus palabras -al decir de Graciela Montes- hacen cabriolas en el aire para los chicos. Sobre la luna que puede ser así y asá. Pero no, las palabras de esa niña con su dibujo son todo lo que hoy tengo para dar.

pájaros en la cabeza, viernes 13 de abril, qué fácil es volar

¡Qué fácil es volar, qué fácil es!
Todo consiste en no dejar que el suelo
se acerque a nuestros pies.
Antonio Machado

Unas gotas del trabajo, que nos demuestran que es fácil volar. Volar, porque fue esa la palabra -mágica y maravillosa- que usó Alicia esa tarde para describir lo que sucedería con los chicos. Acá van a volar, dijo para nuestra alegría.
Y con Araceli nos sonreímos como diciendo, como recordando, aquellos versos de Machado. Y sí, al final, qué fácil es volar.
Los chicos crearon historias a partir de fotos. Las historias viajaron al Taller del Centro Literario, donde fueron intervenidas en sus finales, y devueltas a los niños.

Martín y la sirena o La sirena y el viaje de Martín o El viaje de Martín en el tren feliz...

Martín estaba esperando el tren para ir a Buenos Aires. Llegó tarde, tardísimo. Y esperaba y esperaba.
Mientras esperaba, llegó el tren. Pero en vez de llevarlo a Buenos Aires, lo llevó a Paraná.
Cuando Martín se subió, se dio cuenta que el tren era feliz. Porque había comida y muchos asientos.
Por eso, él estaba feliz también. Le dio un beso a una sirena allí sentada, se casaron, vivieron felices para siempre y se sentaron ambos en sus asientos.
Pero, de tanto vivir felices para siempre, a la sirena le dio sed. Fue Martín a buscar agua y cuando volvió ya había nacido su hija Belén.

Y de golpe, una sirena, pero no de las de agua (¡ojo!) lo despertó. Era el tren que al fin llegaba, para llevarlo a Buenos Aires.

Camila y el muñeco
Había una vez una señora que estaba embarazada de un bebé. Nació el bebé, era una nena y se llamó Camila. Ella era muy linda, tierna y mimosa. Se reía y jugaba con un muñequito. Tenía los ojos muy grandes y gordos cachetes.
Su mamá estaba muy contenta de su hija, era el tesoro más valioso que había tenido en su vida y le ofrecía todo su tiempo y amor.
Pero esa mamá también estaba curiosa, asombrada porque había algo que no tenía explicación para ella. Más de una vez había escuchado una canción de cuna que provenía del dormitorio de la bebé. Era todo un misterio, ¿quién podía cantar esa bella canción que hacía dormir su nena tan plácidamente? 
Una noche apenas escuchó esa música, se levantó y espío por el agujero de la cerradura y ¡oh sorpresa! Quien cantaba era el muñeco, que según parece no se conformaba con hacerla reír cuando estaba despierta sino que también le cantaba para que se durmiera.
foto de Paula Ledesma

miércoles, 18 de abril de 2012

Una flor, no lejos de la noche

prologo
una flor
       no lejos de la noche
       mi cuerpo mudo
   se abre
a la delicada urgencia del rocío
                    
                                                    alejandra


grete stern
niño en flor - sueño once

la noche del martes
No sé si quiero hablar(me) de Amor, o de Sexo, o sobre aquel Desconocido que ya no lo es tanto, o sobre la sonrisa de cierto chico que me gusta demasiado, o sobre los gestos enigmáticos de aquel chico siempre tan misterioso. 
Sólo sé que quiero hablar de las flores, que se abren a la delicada urgencia del rocío. Porque es de lo úncio que acá, en mi pieza sentado antes de una cita, -es decir, no lejos de la noche- estoy seguro. Flores somos. Flores que se abren a una delicada urgencia. Y eso no lo decidimos nosotros, no lo gobernamos del todo, porque no somos capaces de domar nuestras urgencias.
Sin embargo, hay caminos largos que me llevan a esta noche. No pasará nada especial mientras la noche cae en Paraná de a poco, mientras las estrellas me vigilan un rato. No, no creo que pase. Porque esta historia no tiene nada de bohemia y loca, como tanto me hubiese gustado. Pero si se trata (creo) de vivir este momento. Y de vivirlo sin culpa. Largo ha sido el camino para que vea el rocío como lo que es, como rocío. Para que vea el cuerpo como lo que es, como flor. 
Burno Bibmi escribe en un texto que hallé en su blog, que de todas las cosas que nos robaron a los putos la peor es la Adolescencia. Sí señores, nos robaron la adolescencia. Que se sepa que no culpamos a nadie, pero que no somos pelotudos. Nos damos cuenta que es así.

la noche del miércoles
Besar a un chico siempre fue para mí pecado o milagro. Y contigo todo se hace más llevadero. Pero ahora creo que quiero que sea pecado o milagro. ¿Y si llevamos nuestro juego al extremo? Es un juego peligroso -dijiste-, pero nunca me lo explicaste muy bien. 
Pesan en mí ciertas escenas. Un hombre escuchando los latidos de mi corazón, como si en la noche no hubiera más. Dos niños en una ducha. Una charla bajo la noche. 
La pregunta es, ¿podemos hacer qué toda la vida sea así?
Soy del hombre que esta magia pueda hacer.

epílogo

Si yo camino triste... persiguiendo
el aliento de las colinas, en la noche
oscura y tibia, sobre un terrón yaciendo
habrá quizás un muchacho con los ojos abiertos.

Cada uno está solo y su corazón variable
mira siempre las mismas estrellas.
                                                          sandro penna

miércoles, 11 de abril de 2012

habitar en un incomensurable cofre


El sábado, sin querer queriendo -como todo lo que en verdad queremos hacer- llegué a la muestra de Laura Sosa en Antojo de eco. Esto último viene a ser una hermosa casa antigua, ubicada en un rincón de la calle Italia de Paraná, donde un hombre y una mujer alquilan para hacer arte. Reconforta saber que este tipo de locuras siguen infringiéndose en el mundo de hoy. Así con la tez del asombro, anduve por la Feria de semana santa que hacian ahí y de paso chusmee la muestra de Laura.
Una muestra a la que debo decir, le tenía ganas de hace rato. Laura trabaja como docentes en El impenetrable, hacia donde va cada mes. Trabaja con un comunidad Quom del lugar y según me contó hacen diferentes trabajos artisticos. Lo que habla de un diálogo, de una construcción a partir del arte, que vuelve a unir modos de vida tan enfrentados. Y habla del arte como modo de poder decir aquello que ya nos excede. Cuando volví entré en crisis, dice Laura y nunca me sonó tan hermosa la palabra crisis como cuando la dijo. Porque se sabe de qué crisis habla, de esas que tiran abajo supuestos y construyen verdades.
Obviamente, su crisis fue transformandose en arte. En pinturas. Pinturas que conforman su muestra "...habitar en un incomensurable cofre..."

II
Laura descubrió, casi por azar -como todo lo que debe ser descubierto- que una pareja de viejecitos conservaban telas estampadas en un cofre. Esas telas eran el mundo, o más, el universo, que habitaban. Era su universo. Por ello, como debe ser, Laura tomó telas, pintó sobre y con ellas, y nos mostró por la rendija de su obra que es posible habitar el mundo en un incomensurable cofre.

III
Hoy la conocimos a Liro. Vive en La Boca, y desde hace tiempo con los chicos del Alde humanidades queríamos comenzar a andar el barrio. A andar ese barrio precisamente, comunidad santafesina de pesqueros nacida a la vera del río casi por obra del tiempo. De gente que vivió en islas, que tiene su propia mitología, que es víctima de la más cotidiana discriminación. De gente que tiene una historia qué contar, una historia que jamás se ha escrito por motivos harto conocidos. De gente que es gente, cuando ese don se nos perdió. Quizás eso fuimos a aprender cuando llegamos a su casa, y en un  santiamen, tan desconocidos como llegamos, estabamos sentados en su mesa, compartiendo su mate y compartiendo su historia personal. Capaz porque la verdadera gente no le niega un mate, una mesa y el afecto de sus palabras a nadie.

IV
Liro no puede dejar de sacar fotos de una caja de zapatos. Allí guarda algo más que sus recuerdos. Guarda, creo, su manera de pararse frente a la vida. Con orgullo -o mejor, con Amor- nos muestra las fotos de la Agrupación chamamecera que dirigió, del comedor comunitario que dio de comer a vaya saber uno cuanto pibe, fotos de cuando 'los políticos' la usaron, una nota en donde se entrega un ropero detrás de un eslogan de campaña que capaz y resume todo lo que 'política' ha sido hasta hoy. 
Y de repente, es tarde. Recién llego a casa, y han pasado unas cuantas horas desde que nos despedimos de Liro. Y, como unidas por un hilo, las palabras de Laura y el cofre de Liro se me unen. No, no podré dormir. No mientras no vomite unas palabras, y trate de -como decía una gran poeta- peinar bien los monstruos que llevo dentro. Pienso -quiero creer, deseo, necesito creer- que habitamos un incomensurable cofre. Tengo la esperanza poetica de que todos llevabamos un cofre dentro nuestro. Como el cofre de los viejitos Quom. Como el cofre que Laura nos abrió en su muestra. Como el cofre que Liro nos puso sobre la mesa esta tarde. Tener la esperanza poetica -y politica- de que si juntamos las piezas, si abrimos nuestros cofres, el mundo será un lugar más maravilloso. Sé que suena estupido, pero seamos estupidos para soñar al menos una vez. 
Si todos hemos nacidos huerfanos del mundo, ¿qué nos alejó? ¿Por qué están alejadas La Boca y Altoverde? ¿Por qué nos cuesta tanto mirar al otro, decirle que necesitamos su historia, que necesitamos aprender de él? Si todos, al fin y al cabo, habitamos el mismo cofre. Un cofre que sigue siendo hermoso, pese a todo. Así como La Boca en esta tarde, entre tanto derecho violado, seguía siendo hermosa. Tan hermosa como debe estar ahora mismo, iluminada por la Luna. 

lunes, 9 de abril de 2012

Jovenes (en la letra de ella)

Anoche bebí demasiado porque comí con unos idiotas, unos arquitectos —con sus mujercitas— que hablaban de aviones y del servicio militar en todos los países del mundo. Eran muchachos de veinticuatro a treinta años. (Odio a la gente joven —seria y estudiosa— con su Porvenir abierto y sus miserables deseos de automóviles y departamentos. Los únicos jóvenes que acepto son los bizcos, los cojos, los poetas, los homosexuales, los viudos inconsolables, los frustrados, los obsesionados, sean condes o mendigos, comunistas o monárquicos, mujeres, hombres, andróginos o castrados.)
alejandra

domingo, 8 de abril de 2012

Apuntes para mover un elefante (II): la necesidad poética de habitar el mundo

-Yo soy de la fundación Crisálida –dice una mujer con una pelota en la mano durante el primer encuentro del Espacio de Formación en Comunicación, en algún rincón de Paraná. ¿A qué se dedican?, preguntó una voz sintetizando la misma duda de todos. –Nosotros nos encargamos de todos los cuidados que se le puedan dar a un enfermo pediátrico terminal, le leemos cuentos, acompañamos a su familia, le damos asistencia.
Luego de que aquella mujer dijera estas palabras, o algo similar a ellas, hubo un silencio. Propio del respeto hacia lo que no creíamos posible. Esta noche, lejos en el tiempo de aquella experiencia, pienso ¿con qué ideología se hace eso? ¿Qué mueve a una mujer de ¿60, 70? años  a cuidar a alguien que sabe morirá? Creo que como generación, como jóvenes que queremos hacer algo pero no sabemos qué, necesitamos preguntarnos esto. Y preguntárnoslo aquí y ahora, desde estos espacios como Barriletes. Por eso, pido disculpas pero no tengo nada más para ofrecer en esta página que preguntas.
Aquella mujer, ¿militará en algún partido? ¿Participará de marchas? Yo vi en sus palabras una revolución. Juro que la vi, aunque se me haya escapado de las manos inmediatamente. Cuando hablamos de cambiar las cosas, cuando decimos que estamos cansados, ¿no necesitaremos empezar a cambiar nuestras actitudes cotidianas? Y esto lo digo sin las más mínimas ganas de moralizar. Lo digo con la intención de que volvamos a pensar aquello que entendemos por política, aquello que entendemos por acción social.
Y lejos, se viene a mi mente pensando en las palabras de aquella mujer un discurso de Fabián Casas. Un escritor argentino, ícono de toda una generación y muy de moda ahora. Pero lo que importa es esto que dijo y que ahora me acuerdo: Escribamos o no, lo más importante es que todos nosotros somos narraciones de la vida. En cada bar, oficina, hotel o cualquier lugar donde la gente se junta, está alguien escribiendo el sermón de la montaña. Simplemente hay que ponerse en estado de atención para poder oírlo. No sé, será que a mi me gusta mucho la literatura y no puedo evitar pensar como Fabian que todos somos narraciones de vida…¿qué lista, -de paso pregunto-, qué partido, qué ideología puede contener todas nuestras narraciones de vida? En cambio, una mirada franca al mundo, al otro, quizás eso nos salve.  Y lo digo porque soy joven y tengo ganas de hacer, aunque no sepa qué, aunque no sepa cómo. Así que por el momento, con eso trato, con mirar al otro. Con animarnos  a habitar poéticamente el mundo, a desordenarlo y ver qué onda. Estos son nuestros apuntes para mover un elefante, esta es la lucha (si me permiten robar la palabra un rato). Esto pretende ser un testimonio de lo que los jóvenes queremos decir, intentamos decir. Si no está siendo eso, chiflenme.
Mientras, decía Casas para cerrar: ¿Por qué estamos acá? ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? A veces, hasta nuestros seres queridos nos resultan extraños. Y sin embargo, la voluntad poética de habitar el mundo, es lo que todavía hace que la cosa valga la pena. 
Abril de 2012
para Barriletes

viernes, 6 de abril de 2012

pájaros en la cabeza, viernes 30 de marzo, los jacarandaes están con autoridad


Es treinta ya. Se ha acabado el mes y no hemos hecho la revolución, me dice en la memoria Gelman cuando recuerdo el poema suyo que leí en la secundaria. Suelo creer que uno cada día pierde cosas, y de hecho mis intentos de poesía de los últimos meses tienen esa gran pregunta. ¿Cómo se guarda un pueblo en un aliento? El ir de aquí para allá cada semana, hace que uno se vuelve un tanto nómade y que no sepa si realmente las experiencias están formando parte de lo que llamamos vida. La tarde de Taller, una tarde hermosa por cierto, ¿permanecerá en nosotros por siempre? Más importante aún, ese taller como práctica pedagógica, ¿que impacto tendrá en la memoria de los niños? Es tanta la carencia con que uno está frente al chico que se vuelve imposible no verlo así. Quizás por eso la docencia es en sí misma un acto de amor: Uno le da todo lo que tiene al chico, y mejor que gran parte de eso sea amor.
Aquella tarde, con Araceli invitamos a Silvina Voltolini para que nos cantara a todos en el Taller la canción que realizó para el centenario de Seguí. De esa canción, una imagen me quedo muy presente desde la primera vez que la escuché: Los jacarandaes de la plaza están con autoridad. Y pensándolo bien, es raro como funciona nuestra memoria respecto a la literatura. Hay cosas breves, pequeñas partes del mundo que hemos leído, que nos ha atravesado, que nos quedan lucidamente. Perdemos nombres, sucesos, títulos, pero el hecho literario en sí mismo está allí: Nos ha deformado la mirada, nos ha atravesado, nos ha transformado. Nos ha dado vuelta los ojos, me tienta la tarde a decir, de tal manera que los jacarandaes de la plaza se miren desde entonces como seres con autoridad.
De manera que la ocasión nos invitó a ir a la plaza, a cerrar nuestro primer mes hecho de tres breves encuentros, con aquella canción, con las palabras de Silvina sobre los árboles de la plaza, y con los chicos pintando. La escena está aquí, así que por lo menos la traduzco mientras mis ojos la siguen observando: Santino, acostado sobre el suelo, dirigía uno de los afiches indicando de que color sería el fondo, con Araceli explicando como usar nuestros dedos como pinceles, y unas risas por fondo musical.
Las obras realizadas colectivamente por los chicos aquella tarde se llamaron Lluvia de jacarandaes y Tormenta de flores. Títulos ambos propuestos por ellos.
Debo decir que como primer mes de Taller ha sido excelente. Solo dejándonos llevar por los chicos, por los autores, por la música. Y mientras veía los jacarandaes, mientras caminábamos de vuelta a la Biblioteca con Aracelí y los niños, pensaba que no Gelman, que esta vez el mes ha pasado pero nuestra pequeña revolución de sonrisas sí ha comenzado....

Chanson d'automne

Les sanglots longs
des violons
de l'automne
blessent mon coeur
d'une langueur
monotone


Los largos sollozos
de los violines
del otoño
hieren mi corazón
con una languidez
monótona

Verlaine

martes, 3 de abril de 2012

Oficio de velar una mariposa

Sé que esto no es poesía,
que solo es una tentación, es caer en un pecado.
Pero, ¿cómo resistirse a la tentación de enumerar
el mundo?
Un muñeco de trapo, que se me antoja mal presagio,
cuelga sobre los mismos cables que dos zapatillas.
Señal de que allí se vende droga, dicen.
Una mujer discute fuertemente con su perro,
Un hombre señala a un gurí en moto con el dedo.
Le apunta, le apunta y le apunta
mientras que el vidrio del fluvial no me deja oír.
Es tan inmenso decir, es tan lejano tocarlo todo.
Yo no sé, sigo intentando atrapar el mundo en un aliento.

Una mariposa muerta en la vereda.
Oficio de velar una mariposa sobre la palma
de la mano. Una mariposa muerta.
Señal de haber vivido, dicen.

lunes, 2 de abril de 2012

Gotas de Vallejo

XIII

Pienso en tu sexo.
Simplificado el corazón, pienso en tu sexo,
ante el hijar maduro del día.
Palpo el botón de dicha, está en sazón.
Y muere un sentimiento antiguo
degenerado en seso.

Pienso en tu sexo, surco más prolífico
y armonioso que el vientre de la Sombra,
aunque la Muerte concibe y pare
de Dios mismo.
Oh Conciencia,
pienso, sí, en el bruto libre
que goza donde quiere, donde puede.

Oh, escándalo de miel de los crepúsculos.
Oh estruendo mudo.

¡Odumodneurtse!

XIV


Cual mi explicación.
Esto me lacera de tempranía.
Esa manera de caminar por los trapecios.
Esos corajosos brutos como postizos.
Esa goma que pega el azogue al adentro.
Esas posaderas sentadas para arriba.
Ese no puede ser, sido.
Absurdo.
Demencia.
Pero he venido de Trujillo a Lima.
Pero gano un sueldo de cinco soles.



Hay gotas de leche en la baldosa - Daniel Durand

No sirve para nada todo esto que tengo
ante mis ojos y digo:
No vale nada toda esta basura
y pienso:
Ya va por la quinta la cerveza y en nada
ayuda la literatura,
esta la guasca chorreando por el piso
después de haber estado
adentro de la concha de Susana y en nada
los estantes ayudan con su misterio
con su verdad su tedio.
En nada para nadie es todo esto.

Lo veo en los colores
en el celeste del paraiso 
en el naranja del infierno 
en ese rojo

La poesía todavía no existe
Nunca va a haber literatura.


Daniel Durand, nació en Concordia, Entre Rios en 1964. Integró la redacción de la revista 18 Whiskys. Pertenece a la generación de poetas de los '90 y es fundador de varias revistas literarias.