lunes, 31 de octubre de 2011

¿Qué sabe un niño del deseo?

Un niño está ante el sagrario en la parroquia de Seguí. Tiene diez u once años quizás. Llora unas tímidas lagrimas. Años despues no sabrá que pensar de aquella creencia religiosa. Pero ahora, a ella recurre.
Llora porque intuye algo está mal. No sabe cómo, ni porque, pero supone que no es lo correcto recordar y tratar de sentir (Luego sabrá que aquello es desear) el olor de su compañero de banco.
Llora porque sabe que le gusta. Porque no puede mentirse a sí mismo. Todo está perdido. Su mente se nubla. Se hace díficil respirar la pesadez de aquellos momentos.
¿Qué sabe un niño del deseo?
Una tormenta. Así se sintió descubrirse gay. El tiempo pasará y así han de sentirlo los niños que en esta precis noche estrellada sueñan a sus caballeros bellos y sus gestos protectores.

Tiempo después un niño está sentado en la hamaca, desdeñando la hora de Física. No, no quiere aquello. Sabe que eso es motivo de burlas, pero ¿qué hacer?
Otro niño se le sienta al lado. Puto. Esa fue su única palabra antes de salir corriendo. Un llanto patetico sale del niño.

Aquel niño, aquellos niños, es y son los que soy y he sido. Aquellos a los que esta noche ha querido que les escriba.
Quizás para contarles que jamás me he olvidado de ellos. Que ellos estaban conmigo cuando lo escrbí a aquella amiga. Que en algún recodo hablaban por mí aquella tarde con la Vero y la Anto. Que por ellos y para ellos lloré cada error cometido. Y que ellos estiraron la palabra de mi boca cuando dije a Mariano aquello que soy.
Me equivoqué demasiado en este camino. Por eso les pido disculpas. Solo sé decirles que he llegado hasta aquí. Y que una sonrisa se me asoma al tener que decirles que mañana entrevistaré a una pareja de chicos de acá. Que escribiré una nota sobre nosotros. Que la escribiré con el alma y sin lagrimas. Que esa nota es por ustedes y por todos aquellos jovenes con miedo. Aquellos que aman en la turbia oscuridad de Seguí. Las palabras no me alcanzan. Siento que un camino se cierra para abrir otro.
La luna está a medio poblar mientras sueño con un principe celeste. La mierda pasada sólo yo la sé. Ahora sé lo que es, y donde esta: En el pasado. Y con toda ella hoy respiro mientras las palabras salen de mi atiborrada garganta. Mis sombras se liberan y vuelan...

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