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domingo, 26 de agosto de 2012

así eran los días en dos mil doce


leo a Katchadjian
                  Igualmente, el viejo sigue volando bien. De fondo, como proviniendo del cielo, se oye música cantada por una vieja.

entramos al túnel
la oscuridad frena la lectura

miro al chico hermoso que leía en un asiento del fluvial
está intentando hayar un poco de luz
se rinde
me mira

sostenemos una mirada cómplice
-¿sonrío?-

a un costado una pareja discute
todos parecen raros
en la leve oscuridad parecen horrendos
todos excepto el chico hermoso que leía
y que ahora pasa su dedo por su barbilla

respiro hondo
y repito
nada de esto es real
nada de estos es real
mientras salimos del túnel.

                  La música nos conmueve y nos hace lamentarnos de nuestra situación. 

viernes, 24 de agosto de 2012

Apenas

No. No escribí esos poemas para vos.

Decir palabras es mentir. Mirarte y decir, por ejemplo, que tus ojos tienen algo de luz, algo de río. O incluso decir que tu cuerpo parece una calle mojada por la más tibia de las lluvias de agosto.

Decir palabras es mentir.

Yo sólo decir palabras, y apenas mentir.

El problema es que estas mojado y te miró y es agosto y llueve y yo sólo sé decir palabras y, apenas, mentir.

jueves, 5 de julio de 2012

Fragmentos para exorcizar una mirada


VII


mirá, ha llegado el invierno
y tú aquí

no me había dado cuenta que
ya era julio

estos días los he dedicado
a dormir leer y dejar
versos reposar sobre la faz de la piel

-¿habré logrado robar algún fragmento de ti?-

estoy exiliandome
a la delicada tarea de ver el invierno llegar
y de olvidar un rostro

el agua cae sobre mí
el viento, siempre el viento,

cosas que hacer en este mundo:
ver el invierno llegar,
olvidar tu rostro



martes, 19 de junio de 2012

Fragmentos para exorcizar una mirada

VI

podía, al fin podía, soltar una lágrima
dejar caer las rosas
quitar los espejos
y cambiar las cortinas

podía, al fin podía,
vomitar un rato
sentir que no tenía piel
y que el viento me traspasaba

regar las plantas
leer unas hojas y
escribir mi agenda

pude,
de una vez por todas desde que te vi
pude
conjugar los verbos en pasado

ya me voy

sólo quería decirte antes
que si no te dije te amo
fue porque aún no aprendí
las palabras para decirlo



martes, 12 de junio de 2012

Fragmentos para exorcizar una mirada

IV


            el colectivo está vacío
mientras la noche entra
en las calles paranaenses
las luces de los autos
de los semáforos
de las casas
pronuncian un baile secreto

me resisto a que el anochecer
tenga tu rostro

sábado, 9 de junio de 2012

Fragmentos para exorcizar una mirada

II


me acosté temprano, y de a poco incendie todo deseo
te imaginé besándolo, una y otra vez
hasta convencerme de que jamás conocería tus últimos secretos

me encerré bajo las sabanas
y quise lavar mis ojos de tu rostro
instruí a mi boca para que
dejara de temblar ante ti

pero mis ojos,
mis ojos verdaderos,
esos siguen ahí
posados en vos

evitaré parpadear

III


perdón si no te cubrieron mis manos
cuando me abrazaste anoche
temía que tu cuerpo le enseñara
a mi cuerpo ciego
las luces de un mundo
prohibido

viernes, 8 de junio de 2012

viernes, 1 de junio de 2012

Comentario sobre un verso de Pizarnik

¿de dónde viene esta conspiración de invisibilidades?
ninguna palabra es visible

Hincarse a un costado de la cama, 
ahogar un llanto.
Querer recordar cómo se llora,
cómo se abren las compuertas de la mirada.
Caminar por la calle,
y sentirse aún adentro.
Ver al viento esparcir las hojas,
afuera,
ordenar el mundo.
Sentir la horrible angustia de existir.
Querer callarla, 
domarla, enjaularla.

Por las noches leo poemas de Pizarnik
como si rezara,
como si algo existiera.

martes, 3 de abril de 2012

Oficio de velar una mariposa

Sé que esto no es poesía,
que solo es una tentación, es caer en un pecado.
Pero, ¿cómo resistirse a la tentación de enumerar
el mundo?
Un muñeco de trapo, que se me antoja mal presagio,
cuelga sobre los mismos cables que dos zapatillas.
Señal de que allí se vende droga, dicen.
Una mujer discute fuertemente con su perro,
Un hombre señala a un gurí en moto con el dedo.
Le apunta, le apunta y le apunta
mientras que el vidrio del fluvial no me deja oír.
Es tan inmenso decir, es tan lejano tocarlo todo.
Yo no sé, sigo intentando atrapar el mundo en un aliento.

Una mariposa muerta en la vereda.
Oficio de velar una mariposa sobre la palma
de la mano. Una mariposa muerta.
Señal de haber vivido, dicen.

sábado, 24 de marzo de 2012

Enero

Cada enero
nos olvidamos como soñar.
Y nos despertamos
como niños desvelados
a vomitar un poema.
Por sí acaso.
Peregrinamos las formas
de la palabra
y despacio
vomitamos pocas letras.
Por sí acaso
contienen algo de lo que somos.

martes, 13 de marzo de 2012

Palpitar

                 Hay muchos nombres en la lluvia.
                                                Juan Gelman

Hace tiempo que las palabras
se me atragantan
para mencionar este momento
de días, nubes, agua
y demasiado más.
Esta hoja mal escrita,
la sonrisa de un chico que me gusta,
la lectura de un poema
y el llanto de alguien.
Todo se ve, todo anida en este momento
aunque no pueda enjaular nada.
¿Cómo se guarda una mirada?
Isabel Molina lee fragmentos
y un nudo sube mi garganta.
La gota de lágrima cae tímida
y breve, para que nadie salvo
mi ojo se entere.
Mi boca, obediente, la bebe
para que los dolores, deseos, sueños y
sonrisas vuelvan al cofre en que nacen.

viernes, 20 de enero de 2012

Viento de verano

La mente se fragmenta,
dispersando los pedazos de tal manera
que ya ni conocemos nuestro rostro.
Una pequeña sonrisa
entreabierta en la comisura de sus viejos labios;
un pequeño recordatorio de lo bello.
Olvidarlo todo, y solo quedarnos con el viento.
Los picaflores doman el viento que arremete
sobre un cielo que a lo lejos se dice rosado,
juntando los pedazos de lo que sabemos e ignoramos ser.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Gualeguay


Una veta de color poesía
al costado del río.
(Del río que es uno y no otro)
Reza un pariente lejano
en la gruta de Santa Rafaela,
reza hablando de milagros
con su silueta de andante.
En la conversación que su boca nace,
una ciudad entera se deshoja
para ser llenada de
nuestros milagros, nuestras historias,
y nuestros parientes lejanos.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Con la boca seca

Luchando, con la boca seca
de ternuras. Tratando de ver el futuro
con la orfandad del mundo.
En algún lugar han de estar todos
los besos de mi adolescencia.

Ya no lloro. Solo hay días en
que siento la melancolía de la
noche que roza mis sueños.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Hay un sol

Hay un sol entre Paraná y Seguí
que temo no volver a ver.
Me recuerda a la anciana ciega que
estiraba sus manos al cielo. Parecía que rezara.
La ciudad parece ser siempre la misma.
Una cosa viscosa que se estira al borde del río.
El mundo me parece una anciana ciega,
quizás rezando para algún día ver.

viernes, 12 de agosto de 2011

Nauseas

En mi cabeza dan vuelta las palabras.
La poesía me da nauseas.
Es un cerrar los ojos y saber que el viento
dejará que seas tú quien adivine el poema.
Me siento un actor. Mi pueblo ya no existe,
todo lo que queda es trabajo para el recuerdo.

Ahora que soy consciente de mi esencia
ya no puedo ignorar el viento.
Ahora toda la vida es nombrada.
Tengo miedo. No sé como se bebe el viento.
Cómo se respira todo un pueblo en cada aliento.

jueves, 4 de agosto de 2011

Simetrías


He de irme volviendo.
Ya entendí que a la literatura,
o a la vida (lo mismo da),
le gustan esas simetrías disonantes.
Me voy, y no puedo invitar
esa ciudad, y ese edificio, a mi imaginación.
El futuro, un extraño sin medidas;
el pasado, igual de extranjero.
La realidad, maldita ficción,
se me escapa.
Sigo buscando magia,
¿qué es la adolescencia
sino eso?

lunes, 1 de agosto de 2011

Agosto


Agosto:
Ya está.
Uno ya se ha descubierto pequeño
frente al río.
Uno ya ha escuchado detenidamente
al viento y sus hojas; y sabe que
esconden muchos nombres.
Uno ya ha caminado,
se ha perdido,
y quizás (¿quién lo sabe?)
aún esté perdido.
Uno ya se caló la bufanda de lana azul
y se paró frente al río,
consciente del frío.
Poco a poco, uno ya ha entendido
que hay tiempos para correr
y otros para caminar despacio.
Uno ya se haya buscando poemas
en los bordes del río.
Buscandolos , porque ya será hora de nadar.
Porque se supone que uno
ya aprendió a nadar.