Quiero compartir una anécdota que encontré por ahí. Es de Freire.
El cuenta que durante el proceso de alfabetización de adultos en Santo Tomé y
Principe en los años ’70, visitó un circulo de cultura (tal el nombre de los
círculos en donde se comenzaba este proceso de alfabetización para la
liberación) en una comunidad pesquera llamada Monte Mário. Había en el círculo
de cultura una palabra, el nombre de un pez, y un dibujo (codificación) de la
comunidad. Los pescadores miraban en silencio el dibujo y la palabra. Hasta que
de repente cuatro de ellos se levantaron y miraron el dibujo y el pueblo, el
dibujo en la pared, el pueblo en la ventana. Dice Freire, “Miraron el mundo
afuera. Se miraron entre ellos, ojos vivos, casi sorprendidos, y mirando una
vez más la codificación, dijeron: ‘Es Monte Mário. Monte Mário es así y no lo
sabíamos.’ A través de la codificación, aquellos cuatro participantes del
circulo ‘tomaban distancia’ de su mundo y lo reconocían.”
Desde esa anécdota quiero hablar hoy. Pero no desde ese recuerdo
solo. Sino también desde las palabras que Soledad Deu, tallerista de esta casa,
escribía preguntándose por el para qué de la acciones que tratamos de llevar
adelante detrás de este papel. Porque Barriletes
siempre ha tenido eso: Hay algo detrás del papel. Hay acciones, hay una
praxis constante detrás de este papel que va de la oportunidad, del dinero, que
queda para quien vende esta revista hasta la creación de una Comunicación
comunitaria realmente democrática. Así cada reflexión ha sido acompañada de la
acción. Y esto es así por la simple razón de que seríamos unos incoherentes,
demagogos y algo bastante hijos de puta de no hacerlo así.
En ese marco, entre estas dos puntas, los Talleres que lleva
adelante Barriletes este año son
parte de esa acción reflexiva que busca transformar la realidad. Una acción en
la que creemos. Son los mecanismos de
Educación Popular que intentamos llevar adelante, en este caso, con los niños
de Villa Mabel. Y nuestras preguntas surgen desde ese lugar.
Será desde esos lugares, desde las que escribiré hoy.
¿Por qué insistir con las
palabras?
La primera vez que escuché el nombre
de Paulo Freire fue en el galpón de Barri. Fue hace unos años. La Comunicadora
Social que estaba coordinando el encuentro, suspiró, bajó los brazos y dijo en
un momento deteniendo su discurso: Un pedagogo brasileño, Paulo Freire, dice
que decir la palabra verdadera es transformar el mundo. Me maravilló. Aquella
unión entre el decir y el hacer, entre la palabra y el mundo, me maravilló. Y
solo porque la vida es caprichosa, puedo entender el hecho de que sería años
después, estas semanas, en Barriletes nuevamente, donde encontrara el sentido más
hondo de aquella frase.
En Abril de este año, la Biblioteca Esos otros mundos de la Asociación Civil Barriletes comenzó a
implementar un proyecto de mediación de lectura denominado ‘La casa de las
palabras’.
Este proyecto fue elaborado por los participantes del Taller de
Mediación de Lectura que se realizó en la institución en Octubre y Noviembre
del año pasado. En dicho taller, se recorrió a través de ocho encuentros los
planteos teóricos de Michèle Petit, Graciela Montes y Laura Devetach. Estos
‘planteos teóricos’ no nacieron en el vacío, sino que están en relación intima
con la práctica. En este sentido, para acercarnos a esta palabra verdadera, se pensó una instancia de praxis que fue llevada
a cabo de forma promisoria: Se realizaron encuentros de lectura en la ‘Casa del
Adolescente’ de Rafaela (Santa Fe) y en el Barrio La Boca, de la ciudad de
Santa Fe.
Con este pequeño recorrido es que se comienza este año, y a esas
inquietudes responde este proyecto. Su pregunta de base consiste en qué tipo de
Biblioteca pensamos. Es así que, entendiendo, junto a Graciela Montes, a las
Bibliotecas como espacios dinámicos que deben provocar ‘ocasión de lectura’,
planteamos movimientos hacia adentro y hacia afuera de la Biblioteca.
Hacia adentro de la Biblioteca, y por lo tanto de Barriletes como
institución, la Biblioteca se suma al trabajo que la institución viene
realizando desde 2012 en Villa Mabel. Se realiza así un Taller semanal junto a
los niños con que se venía trabajando tiempo atrás. Hacia afuera de la Biblioteca, se realizan
visitas mensuales a la Escuela Primaria N° 1 de TC Dr Cesar Blas Pérez Colman
(Dentro del complejo Escuela Hogar). Este Taller mensual se encuentra incluido
dentro de la programación curricular docente, y sienta por lo tanto un
precedente de trabajo compartido entre la institución y la escuela. En los
encuentros se espera trabajar la lecto-escritura, privilegiando y volviendo a
poner en escena el espacio de la Biblioteca escolar.
Estas pequeñas acciones, comprenden lo que entendemos como
Mediación de lectura: La Biblioteca de Barriletes no tiene sentido si no se
constituye como un espacio de Mediación, es decir de encuentro con la palabra,
de ocasión de la palabra. Y es dentro de este proyecto que nos preguntamos por
qué las palabras.
¿Qué pueden hacer las palabras ante la marginación, la exclusión,
la desidia estatal y humana que un barrio paranaense como Villa Mabel presenta?
¿Qué tiene para decir la Literatura en la primaria de la Escuela Hogar, donde
una docente hace lo imposible para que la misma acción educativa se justifique
ante las problemáticas sociales que atraviesan la escuela? Es desafiante creer
que la Literatura puede hacer algo. Y así lo creemos.
Y en eso radica la decisión política barriletera. Como
institución, no creemos en el asistencialismo. Lo que es decir que creemos en
el emponderamiento de los sujetos. Lo
cual significa emprender la larga tarea del reconocimiento de los Derechos, la
constitución de la subjetividad y la participación social. Y en el caso
particular del proyecto que estamos llevando adelante como Biblioteca, esto es:
Entender la poesía como un derecho humano; reconocer a la literatura como
elemento esencial en la construcción de la subjetividad humana y buscar la forma
de enunciar la palabra verdadera.
Leer y escribir con niños de
Villa Mabel
Podríamos decir que, los niños con los que trabajamos en
Barriletes no saben leer y escribir en la mayoría de los casos. Pero no, elegimos entender que los niños
saben leer el mundo. Y que es desde esa lectura del mundo desde la cual tiene
sentido leer la palabra.
Freire cuenta que él leía cuando era niño. Leía sin saber leer.
Escribía sin saber escribir. “Las letras, las palabras de aquel contexto [mi
mundo] se encarnaban en el canto de los pájaros”, cuenta. Y así él leía en “la
danza de la copa de los árboles sopladas por fuertes vientos que anunciaban
tempestades, truenos, relámpagos”. En “las aguas de la lluvia jugando a la
geografía, inventando lagos, islas, ríos, arroyos”. Así, el silbo del viento,
las nubes del cielo, los colores del follaje, el aroma de las flores, la
cáscara de las frutas, todo estaba dispuesto a ser leído. Porque cuando vamos a
la escuela nos mienten. Y nos dicen que ahí aprendemos a leer, que ahí aprendemos
a escribir. Sin embargo, hay una lectura del mundo que es anterior a la
palabra.
Desde esa lectura del mundo trabajamos. Sabiendo que el acceso a
la palabra debe suceder. Pero que no tiene sentido si lo hacemos desde el
mecanicismo. ¿Para qué queremos decir la palabra? Y esto es lo que estaba claro
en Freire, y debe estar claro en nosotros: Debemos decir la palabra para
transformar un mundo que está siendo. Para aceptar que entre el tiempo y
nosotros, entre el mundo y nosotros, se interpone el viento. Y cuando el viento
pasa por nuestra garganta, decimos la palabra. Y hasta acá llego. Porque escribí todo esto
para poder decir que los pequeños textos que siguen han sido creados, lanzados
al aire, oídos, grabados, tomados, robados en el Taller de Barriletes y pertenecen
a niños que están diciendo el mundo.
-Sin titulo-
Vaca Alicia
está comiendo pasto. Viene un tigre y la molesta.
-Yo estaba
tranquila, dijo la vaca, con una dulce sonrisa. Voy a correr lo más rápido que
pueda, así no me alcanza.
Después se
puso tan feliz porque se había escapado. El león no la molesto más y ella comió
hasta que se durmió.
Franco y Antonela
El padre interrumpe
Había una vez un perro y una
gallina. El perro se enamoró de la
gallina. Y el perro se hacía el que no
la amaba.
La gallina le decía perro asquerosos ándate de mí casa, no te
amo.
Y el perro dijo que vos me amas.
-Y mi papá no me deja tener novio. Yo quiero andar con vos, pero
no me dejan.
-Vamos a casarnos, le dice el perro.
-Pero no me deja mi papá. Vamos a casarnos a escondidas, dijo la gallina. Sin que mi papá se entere. Pero ¿sí se
entera?
-Pero, déjalo…
-¿Y si me mata?
-Yo te defiendo. Si yo soy hombre.
-¿Y si te gana?
-Yo me muero.
Y
terminó perdiendo el padre y terminaron casados.
Carolina
-Sin titulo-
Había una vez un señor que plantó
una semilla de naranja. El árbol estaba creciendo hasta que terminó de crecer y
había un montón de naranjas. El señor llamó a todos sus amigos. Ellos le
dijeron gracias, se pusieron muy felices y contentos.
Evelyn y Franco
Kevin Jones,
para Barriletes
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