miércoles, 17 de abril de 2013

La alegría como trinchera


Dos experiencias de resistencia aúnan a Paraná y Santa Fe. La defensa del Centro Cultural Gloria Montoya y del Centro Cultural y Social El Birri, muestran a comunidades no dispuestas a perder otro espacio cultural más.

Entre colores y alegrías, de ambos lados del río, se repite la misma pregunta: ¿De qué hablamos cuando hablamos de cultura popular? El año 2013 comienza marcándose por este interrogante, tan necesario. Tanto en Paraná como en Santa Fe la resistencia a ceder los espacios de la cultura popular, evidencian un debate urgente.  Hay un poema de Benedetti que dice: “defender la alegría como una trinchera / defenderla del escandalo y la rutina”. Y en estas resistencias sí que viene al caso. En esta nota, algunas voces desde ambos puntos de defensa de la cultura.

Instrucciones para defender un Centro Cultural en Paraná
            No es noticia que sorprenda la falta de espacios para la cultura en Paraná. Sin ir más lejos, en Barriletes se plantea esto (Espacio Barri Cultural responde a esta necesidad). Así como el surgimiento de muchos proyectos y lugares alternativos tratando de dar una respuesta, un espacio, a las bandas, el arte plástico y la poesía (por dar algunos ejemplos) que esta ciudad crea y recrea.

            Sin embargo, esta actividad militante en pos de la cultura local no está exenta de una fuerte crítica hacia un estado que se ausenta y no apoya estas expresiones con una política cultura completa, diversa y horizontal.
            Entonces, entendemos que el Gloria Montoya es uno de los pocos espacios culturales de la ciudad. Y está en peligro. Bajo el nombre de la reconocida artista plástica, allí con el esfuerzo de artistas locales se instauró una escuela de circo para niños, jóvenes y adultos. Y allí también se da lugar a las expresiones de esta ciudad. 
            Sin datos justos, se comenzó a hablar desde fines del año pasado de la creación de un centro de convenciones en el actual Gloria Montoya. Un centro de convenciones que estaría administrado por el centro de hoteleros.  Desde entonces, la creación de una Asamblea Autoconvocada por el Derecho a la cultura fue exponiendo el tema al público en general. “A partir de diciembre comenzamos a ver noticias en todos los medios con respecto al centro de convenciones. Nos empezamos a preocupar y la asamblea fue tomando forma”, cuenta Diana Faggionato sobre los primeros pasos. Sería en ese principio cuando la asamblea presentara una nota dirigida a la intendenta de la ciudad Blanca Osuna. Aún se espera su respuesta. “Queremos explicaciones. Todos se contradicen”, afirma Diana. Desde entonces el principio guía fue la consigna: No al Centro de Convenciones, Sí al Centro Cultural.
            El municipio mientras tanto sigue sin sentarse a dialogar. Así me lo señala Sergio, uno de los organizadores de la Feria americana que esta tarde nos congrega frente al Gloria Montoya: “La idea no se ha discutido en ningún ámbito. No solo en el de la gente que está dentro del centro cultural. Sino que en la comunidad no se ha llamado a nadie para conversarlo. A nadie, no solamente dentro de la cultura.” 
            Hay una insistencia en negar el derecho a la cultura. En una ciudad que, repetiremos hasta el cansancio, está llena de riqueza artística pero falta de espacios.  “Paraná ya tiene un problema con la cultura. Ya está en un momento critico.”, me comenta Sergio. “La ciudad tiene básicamente tres salas: El teatro, el Juanele y esta. Obviamente que si se pierde esta, ya será mayor la presión sobre las demás.”
            La Asamblea por su parte ha convocado a varios Festivales en defensa de la cultura que, realizados a la vera del Gloria Montoya, hacen concreta la decisión de defender este espacio.  La alegría como forma de resistencia: “Estos festivales han tenido una concurrencia importante de gente. La idea es que haya más información y no tanta desinformación. Evidentemente, se va acercando gente.”  Todos los pasos de la Asamblea son informados por medio de su blog: www.asambleaporelderechoalacultura.blogspot.com.ar

Delincuentes de la cultura del otro lado del río
Como escribe Juan Manuel Berlanga: “Gran parte de los santafesinos ni siquiera sabe qué es ‘El Birri’. Mucho menos conoce a quienes trabajan allí. Y, por supuesto, también desconoce qué es lo que allí ocurre. Una sociedad indiferente, cínica y olvidadiza carece de los elementos básicos para comprender lo que allí ha ocurrido este viernes 15 de febrero.” Y lo que ocurrió este 15 de febrero fue el ingreso, bajo la existencia de una orden de desalojo amparada por el poder municipal, de la policía en el Centro Cultural y Social El Birri.
El Birri, está ubicado sobre la Avenida Gral. Lopez de la ciudad de Santa Fe. Su historia se remonta a la época en que el cineasta santafesino y de reconocimiento mundial Fernando Birri realizó allí su documental Tire Dié. El film fue realizado en la vieja estación Mitre, abandonada. De allí que el lugar comenzara a poblarse de magia, la suficiente para que en pleno 2001, el lugar cobrase la impronta de Centro Social y Cultural autogestionado, horizontal y diverso que tiene hoy en día el Birri. Por enumerar algunas de las actividades que allí se hace, podemos mencionar la Birrilata, sus talleres de teatro, la producción de editoriales artesanales, revistas y numerosos encuentros que allí tienen lugar. Además de ser un espacio donde uno puede ir, y batir la suya, al decir de quienes allí militan el andar cotidiano de la estación.        
Como señala Lalo Liberatore, trabajador cultural del Birri, la existencia debe ser en convivencia con el municipio. Por ello, el comodato con el municipio santafesino es una pieza clave para que el Birri siga llevando a cabo su tarea. La conflictiva relación entre la gestión municipal de Corral y el Centro tuvo su punto máximo el pasado mes de febrero.
El Periodico Pausa siguió los sucesos. Como informa en su perfil de Facebook: “En la acción estuvieron implicados efectivos de la policía provincial, agentes de seguridad sin identificación de la Municipalidad y funcionarios, como el subsecretario de Prevención y Seguridad Ciudadana de la Municipalidad, Sebastián Montenotte”. Sin embargo, el desalojo fue detenido al mediodía gracias a la defensa popular de los vecinos y distintas organizaciones. Durante los momentos de desalojo se produjeron diversos destrozos dentro de la estación.
            El argumento esgrimido por parte del gobierno municipal es la Puesta en valor. La profesora Adriana Falchini es encarga en pocas palabras de deconstruir este argumento eufemístico: “¿Seremos capaces en la ciudad de entender que 'puesta en valor' nada tiene que ver con el patrimonio?, término venido de la mercantilización de la memoria. Ese término alude a pensar los edificios como paredes y no como construcciones culturales. Los edificios no son sólo paredes, están HABITADOS, tienen historia humana.” Como esgrime Falchini, la responsabilidad del Estado debe existir, pero reconociendo como interlocutor legitimo a lo que ya existe. Como señala, “No se puede hacer DESAPARECER (tapiando, llevando presos, criminalizando groseramente, destruyendo). Cuando se ostenta poder económico, fuerza de represión y avasallamiento, dominio de los medios masivos de comunicación, criminalización e injurias se ejerce ABUSO DE PODER. ABUSO DE AUTORIDAD. Y eso sí que es grave. “
El Birri, se ubica como señala Lalo “al borde de la ciudad. Porque el  borde empieza de Avenida Freyre hacia acá. Esta marginalidad se traduce en una invisibilización de la problemática por parte de los generadores de opinión de la ciudad. Ante esto, se decidió informar en todo momento a través de Comunicados de prensa que fueron surgiendo de los plenarios (Los mismos pueden leerse en el sitio www.elbirrilucha.wordpress.com) El plenario es el espacio natural de gestión en el Birri. Sin embargo, a la hora de tomar las decisiones a seguir luego de este intento de desalojo el Plenario pasó a ser más contundente en su cantidad de asistentes. Y pronto se constituyó una Multisectorial en apoyo al Birri. Como me dice Lalo: “La sociedad santafesina ha demostrado que puede unirse ante las cuestiones emergentes. Gente que difícilmente pueda llegarse a encontrar en otros aspectos, estaba acá laburando hombro a hombro para una resistencia.” En este punto hay una memoria corporal de la inundación sufrida por este mismo sector en 2003 y 2007. Los inundados saben que ante la emergencia es necesario amucharse, unirse y tomar decisiones en conjunto. Y, además, los inundados saben muy bien qué cosas pueden esperar del poder político santafesino.
Finalmente, la alegría está presente. Las marchas realizadas hacia el Municipio y el Ministerio de seguridad demuestran una respuesta alegre –no podía ser de otro modo.




En ambos casos, está jugando a favor la democratización de la información –sin Ley de medios mediante sino a través de nuestra propia insistencia en nuestros perfiles de Facebook-. También se repite en ambos casos los municipios no aceptan a quienes habitan estos espacios culturales como interlocutores válidos. Sino que insiste en tomar decisiones verticalistas. Y, lamentablemente, hay un rivalidad evidente entre una cultura oficial que se trata de imponer o validar, y una cultura popular que trata de ser invisibilizada. Así actúa Corral en Santa Fe. Así actúa Osuna acá. Así hace Macri con la Sala Alberdi. Y así uno se da cuenta que las diferencias ideológicas en torno al concepto de cultural, finalmente, no son tales.
En fin, esta nota está hecha para invitar a ser parte de estas resistencias. No termina de dar el panorama total de estas acciones. Pero sí es una toma de nota: Acá están estos fuegos, acá insistimos en esto. Y, a propósito de esto, uno se podría preguntar ¿por qué surge la resistencia como hecho político? Quizás la única respuesta sea que estos espacios,  que hoy nos ocupan a quienes tratamos de vivir una agenda política, social y cultural comprometida con la realidad, que nos convocan a quienes tenemos la ocasión de transitar espacios tan bellos como Barriletes, estos espacios han nacido resistiendo e insistiendo. El intento de desalojo, los planes de creación de un centro de convenciones, esa persistencia tenebrosa en hacer desaparecer, tapar, ocultar, olvidar las legítimas expresiones de la cultura popular solo ponen en el tapete una resistencia que cotidianamente se da. En el fondo, en estos espacios se da una resistencia cotidiana a una forma de vida, a una lectura del mundo con la que no estamos de acuerdo. Y por eso acá seguimos persistiendo, insistiendo, resistiendo. 


Kevin Jones
para Barriletes Abril 2013

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