domingo, 18 de marzo de 2012

pájaros en la cabeza, viernes 16 de marzo, Ingrid...

Cierto temor. Como en cada comienzo, mientras despacio los chicos llegan. Se apoderan del espacio, con esa capacidad innata de ser.
Tejemos una red. Nos pasamos el hilo de lana entre todos, al calor de las preguntas. Intentar dar la posibilidad de ser. Alguien asoma por la puerta. La buscan a Ingrid, una nena que está sentada junto a la columna. De reojo observo la situación mientras ella se acerca a la puerta. ¿Te quedas acá? -le pregunta una chica con aspecto de hermana mayor. No oigo ninguna respuesta de Ingrid. Antes de irse, se deja oir un Te voy a cagar a palo a vos, ¿sabes? y la puerta se cierra.
Seguimos en nuestro juego. Cada chico se presenta cuando le toca, dice lo que le gusta y lo que no. Luego se abren las preguntas, ¿qué te gusta comer? ¿qué te gusta tener de mascota? ¿qué películas les gustan?  Los niños avivan el aire, sus palabras avivan el aire.
Pasamos a un primer intento de escritura. Cada cual dice palabras con a, cuando le toque el 'sombrero mágico'...
Ahora cuando yo los señale, vana  tener que decir una oración loca, muy loca, muy loca, con una palabra con A de las que tenemos acá...
La puerta se abre, pregunto que necesitan sabiendo que es la misma chica de antes. Ingrid se va, pero antes su cara denota su tristeza. ¿Qué hacer?
-Ingrid, ¿te vas a ir sin despedirte? - Un abrazo; a veces ¿se puede dar más que eso?
Construimos un texto que nace, con aquel ingrediente de romper el lenguaje y re inventarlo....

"Una tragedia estaba comiendo la pieza, y un ala dormía mientras tanto. La tragedia, se comió el ala
Casandra, gritaba muy loca, porque la tragedia se comía la pieza y el ala. Por eso un pájaro vuela con un ala, y con cero es mejor.
El abuelo oía a Casandra gritar y se preocupaba. El alma de Casandra latía muy fuerte porque gritaba. Y afuera, el árbol susurraba muy fuerte.
Un avión, escapando, despejo de la autopista.
Todos los pájaros rodaban por la cabeza de todos los niños mientras una tragedia se comía la pieza."

Las palabras marcadas, son aquellas que fueron propuestas por los chicos. Cuando a alguno de ellos era señalado para decir 'una oración loca, muy loca, muy loca' podía pedirle ayuda a alguien más. Entonces a esa otra persona se le daba el Susurrador para que transmitiera las palabras hacia el otro, sin que se dañaran en el camino. Como se puede observar, la construcción de las oraciones fue hecha por los chicos con la particularidad de ser oral y colectiva. Mientras yo, como tallerista, escribía sus propuestas y hacia preguntas respecto al sentido del texto: ¿No quedará mejor si ponemos que el abuelo se preocupaba?... Esto nos demuestra, en primer instancia, una increíble riqueza en el lenguaje oral de los niños que merece ser potenciada.
Se propuso hacia el final del Taller que uno de los chicos elija para la semana siguiente un cuento que le gustara para leer con los demás.

Y así mientras juntaba las cosas, y con el sombrero mágico me acercaba a casa pensé en Ingrid. Ojalá venga la semana que viene. Y ahí me acordé que de ella no sé mas que su nombre. No sé mas que la palabra con que nombrarla en este mundo: Ingrid.

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