sábado, 24 de marzo de 2012

Enero

Cada enero
nos olvidamos como soñar.
Y nos despertamos
como niños desvelados
a vomitar un poema.
Por sí acaso.
Peregrinamos las formas
de la palabra
y despacio
vomitamos pocas letras.
Por sí acaso
contienen algo de lo que somos.

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