domingo, 25 de marzo de 2012

pájaros en la cabeza, viernes 23 de marzo, el pozo que comunica mundos

Una de las chicas trae devuelta un cuento. Me acuerdo que se llamaba "El yacaré y la sirena". Me acuerdo también que no aportaba mucho, que era uno de esos relatos supuestamente infantiles en los que se cuenta alguna cosa sin darle mucha bola a la forma, a la narrativa ni al contenido. Subestimando, como de costumbre, a los niños. Lectores estos para los que se debe escribir con igual esmero que a cualquier otro supuesto lector.
Párrafo aparte de esta cuestión, hubo algo que se pudo rescatar de ese relato. Algo con lo que me encontré en medio de la lectura. Mientras jugábamos a hacer voz de sirena, cara de yacaré enamorado o de zorro narrando, ví que el relato hablaba de la relacion entre una sirena y un yacaré. Pero, más importante aún, se detenía en el momento en que se estaban mirando. Dice que el yacaré no quería acercarse a la sirena por "miedo a que no existiera". Y se va aún más lejos al plantear que a la sirena le pasaba lo mismo...
Al fin, la sirena decide acercarse de todos modos y conocer al yacaré en cuestión. Resultado que se enteraron que existía un pzoo que comunicaba el mundo real con el fantástico. Proveniendo unos de uno y otros de otro. Pero lo genial es que para el yacaré era fantastico el mundo de la sirena; mientras que para la sirena lo era el del yacaré. Los chicos, como no son tontos, entendieron esta idea enseguida. -La sirena seguro nunca había visto un yacaré -dijo Narella.
Hable entonces de nuestro objetivo de ver ese pozo. ¿Por qué no se les puede hablar a los chicos de los objetivos de Taller? Creo que decirlo fue socializar el Taller y ponernos en igualdad con ellos: Esto lo buscaremos juntos, todos nos meteremos en el pozo que comunica mundos y todos tendremos miedo de acercarnos o no a la sirena.
Ahora pienso en la profunda implicancia de lo que ese cuento escondió. Luego empezamos junto a Araceli y los chicos, a construir el Alma del Taller a través de palabras que les gustaran. Y comenzamos a desandar el camino de escritura a partir de fotos.
Es domingo, afuera llueve y me da fiaca escribir. Pero recuerdo el Taller como un hermoso momento. ¿Los chicos lo recordaran así? Para quien lea esto, quizás en domingo, quizás con lluvia, le dejo unas palabras de Graciela Montes que hablan de la ficción y los niños. Aunque creo que capaz nos está mintiendo, y en realidad esté hablando de la vida nomás...

“La ficción ingresa temprano en nuestras vidas. Comprendemos  precozmente, que hay ocasiones en que las palabras no se usan sólo para hacer que sucedan cosas -para mandar, para dar  órdenes -o para decir cómo es el mundo -para describir para explicar-,  sino para construir ilusiones. Basta con haber oído una sóla canción de cuna  o una sóla deformación cariñosa del propio nombre para saber que a veces las palabras hacen cabriolas y se combinan entre ellas para formar dibujos con el sólo propósito, al parecer, de que se las contemple maravillado. Y, sin embargo, a los tres, a los cuatro, el misterio todavía sobrecoge…”

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