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sábado, 9 de junio de 2012

Crónicas de Taller: Junio y las estrellas


Tomar una hoja. Dibujar una Estrella. Darle un nombre. Conferirle una historia.
Así de mágico.

Alberto era una estrella. Era muy linda y divertida y bailaba con su amiga y contó un cuento.
ingrid 


Ariel, escribió la historia de sus estrellas Juaja, Naho, Aja y Anonim:

Juaja fue a pescar a Buenos Aires en tren, y vio a su primo Aja. Cuando llegó al lugar que iba, bajó las cosas del tren y encontró a su otro primo Anonim. Fueron a  pescar los tres. Y Juaja vio a su otro primo Naho. Pescaron algo, todos fueron a la casa de Naho, hicieron los pescados y cada uno fue a su casa. 

Había una vez una estrella que se llamaba Araceli que vivía en el mar. Ella era muy amiga de los peces, tiburones, delfines y era muy linda.
Pasó un tiempo y unos tiburones malos querian comer a sus amigos y ella llamó a sus amigos tiburones y pelearon. La estrella Araceli les dijo a todos ¡BASTA! y hasta que charlaron. Lo único que querían era comida. La estrella le dio un poco de comida y se volvieron amigos y la estrella feliz estaba.
candela lopéz 
Narella, contó como es la estrella Axel:

Axel es muy lindo, divertido, cosquilloso y dicen que es feo. Pero a mí no me importa porque yo lo re quiero mucho. Él vive en una casa hermosa.

Viviana es una estrella loca que habla con las paredes porque nadie quería jugar con ella. Un día, fue una estrella y le habló. Desde ahí fueron muy amigas para siempre. Jugaban juntas, hacían todo juntas.
Un día su amiga se tuvo que ir, y ella quedó sola otra vez y volvió a hacer todo lo que hacía antes. Pero ahora tenía una amiga imaginaria y ahora ya no estaba tan sola como antes. 
abril

Guaz es una estrella muy amigable.
Cuando (.)_(.) ella ☼ mucho.
Hace dibujos muy lindos.
casandra

Había una vez una estrella lamada Emirena que vivía en el cielo. Que era era la mas iluminada, ella siempre siempre se movía de lugar, pero las otra no se movían para nada. La estrella Emirena de tanto que se movía llegó a la playa. Unos chicos la vieron y se subían al techo para mirarla mucho porque era la que iluminaba las caras de los chicos y las chicas.
martina franco

Quienes aún no saben escribir, o recién están aprendiendo a hacerlo, hablaron otras lenguas: 



Alejandrina, contó su historia en dos cuadritos:


viernes, 20 de abril de 2012

pájaros en la cabeza, viernes 20 de abril, el sol y sus colores


-Yo dibujé el sol así porque así lo veo a la tarde. Cuando vamos con mi papá en el camión, mi papá es camionero, cuando vamos en el camión yo lo veo así de todos colores cuando va a ser de noche a través de la ventanilla.


Sólo eso. Un cuento de Adela Basch, unas palabras, una frase, y una anécdota respecto al sol. A veces solo eso, esas miradas desde la alcantarilla, bastan para conocer el mundo.
No tengo más palabras hoy. Iba a hablar de la rima en el cuento de Adela, que tanto gustó a los chicos. Sobre como sus palabras -al decir de Graciela Montes- hacen cabriolas en el aire para los chicos. Sobre la luna que puede ser así y asá. Pero no, las palabras de esa niña con su dibujo son todo lo que hoy tengo para dar.

pájaros en la cabeza, viernes 13 de abril, qué fácil es volar

¡Qué fácil es volar, qué fácil es!
Todo consiste en no dejar que el suelo
se acerque a nuestros pies.
Antonio Machado

Unas gotas del trabajo, que nos demuestran que es fácil volar. Volar, porque fue esa la palabra -mágica y maravillosa- que usó Alicia esa tarde para describir lo que sucedería con los chicos. Acá van a volar, dijo para nuestra alegría.
Y con Araceli nos sonreímos como diciendo, como recordando, aquellos versos de Machado. Y sí, al final, qué fácil es volar.
Los chicos crearon historias a partir de fotos. Las historias viajaron al Taller del Centro Literario, donde fueron intervenidas en sus finales, y devueltas a los niños.

Martín y la sirena o La sirena y el viaje de Martín o El viaje de Martín en el tren feliz...

Martín estaba esperando el tren para ir a Buenos Aires. Llegó tarde, tardísimo. Y esperaba y esperaba.
Mientras esperaba, llegó el tren. Pero en vez de llevarlo a Buenos Aires, lo llevó a Paraná.
Cuando Martín se subió, se dio cuenta que el tren era feliz. Porque había comida y muchos asientos.
Por eso, él estaba feliz también. Le dio un beso a una sirena allí sentada, se casaron, vivieron felices para siempre y se sentaron ambos en sus asientos.
Pero, de tanto vivir felices para siempre, a la sirena le dio sed. Fue Martín a buscar agua y cuando volvió ya había nacido su hija Belén.

Y de golpe, una sirena, pero no de las de agua (¡ojo!) lo despertó. Era el tren que al fin llegaba, para llevarlo a Buenos Aires.

Camila y el muñeco
Había una vez una señora que estaba embarazada de un bebé. Nació el bebé, era una nena y se llamó Camila. Ella era muy linda, tierna y mimosa. Se reía y jugaba con un muñequito. Tenía los ojos muy grandes y gordos cachetes.
Su mamá estaba muy contenta de su hija, era el tesoro más valioso que había tenido en su vida y le ofrecía todo su tiempo y amor.
Pero esa mamá también estaba curiosa, asombrada porque había algo que no tenía explicación para ella. Más de una vez había escuchado una canción de cuna que provenía del dormitorio de la bebé. Era todo un misterio, ¿quién podía cantar esa bella canción que hacía dormir su nena tan plácidamente? 
Una noche apenas escuchó esa música, se levantó y espío por el agujero de la cerradura y ¡oh sorpresa! Quien cantaba era el muñeco, que según parece no se conformaba con hacerla reír cuando estaba despierta sino que también le cantaba para que se durmiera.
foto de Paula Ledesma

viernes, 6 de abril de 2012

pájaros en la cabeza, viernes 30 de marzo, los jacarandaes están con autoridad


Es treinta ya. Se ha acabado el mes y no hemos hecho la revolución, me dice en la memoria Gelman cuando recuerdo el poema suyo que leí en la secundaria. Suelo creer que uno cada día pierde cosas, y de hecho mis intentos de poesía de los últimos meses tienen esa gran pregunta. ¿Cómo se guarda un pueblo en un aliento? El ir de aquí para allá cada semana, hace que uno se vuelve un tanto nómade y que no sepa si realmente las experiencias están formando parte de lo que llamamos vida. La tarde de Taller, una tarde hermosa por cierto, ¿permanecerá en nosotros por siempre? Más importante aún, ese taller como práctica pedagógica, ¿que impacto tendrá en la memoria de los niños? Es tanta la carencia con que uno está frente al chico que se vuelve imposible no verlo así. Quizás por eso la docencia es en sí misma un acto de amor: Uno le da todo lo que tiene al chico, y mejor que gran parte de eso sea amor.
Aquella tarde, con Araceli invitamos a Silvina Voltolini para que nos cantara a todos en el Taller la canción que realizó para el centenario de Seguí. De esa canción, una imagen me quedo muy presente desde la primera vez que la escuché: Los jacarandaes de la plaza están con autoridad. Y pensándolo bien, es raro como funciona nuestra memoria respecto a la literatura. Hay cosas breves, pequeñas partes del mundo que hemos leído, que nos ha atravesado, que nos quedan lucidamente. Perdemos nombres, sucesos, títulos, pero el hecho literario en sí mismo está allí: Nos ha deformado la mirada, nos ha atravesado, nos ha transformado. Nos ha dado vuelta los ojos, me tienta la tarde a decir, de tal manera que los jacarandaes de la plaza se miren desde entonces como seres con autoridad.
De manera que la ocasión nos invitó a ir a la plaza, a cerrar nuestro primer mes hecho de tres breves encuentros, con aquella canción, con las palabras de Silvina sobre los árboles de la plaza, y con los chicos pintando. La escena está aquí, así que por lo menos la traduzco mientras mis ojos la siguen observando: Santino, acostado sobre el suelo, dirigía uno de los afiches indicando de que color sería el fondo, con Araceli explicando como usar nuestros dedos como pinceles, y unas risas por fondo musical.
Las obras realizadas colectivamente por los chicos aquella tarde se llamaron Lluvia de jacarandaes y Tormenta de flores. Títulos ambos propuestos por ellos.
Debo decir que como primer mes de Taller ha sido excelente. Solo dejándonos llevar por los chicos, por los autores, por la música. Y mientras veía los jacarandaes, mientras caminábamos de vuelta a la Biblioteca con Aracelí y los niños, pensaba que no Gelman, que esta vez el mes ha pasado pero nuestra pequeña revolución de sonrisas sí ha comenzado....

domingo, 25 de marzo de 2012

pájaros en la cabeza, viernes 23 de marzo, el pozo que comunica mundos

Una de las chicas trae devuelta un cuento. Me acuerdo que se llamaba "El yacaré y la sirena". Me acuerdo también que no aportaba mucho, que era uno de esos relatos supuestamente infantiles en los que se cuenta alguna cosa sin darle mucha bola a la forma, a la narrativa ni al contenido. Subestimando, como de costumbre, a los niños. Lectores estos para los que se debe escribir con igual esmero que a cualquier otro supuesto lector.
Párrafo aparte de esta cuestión, hubo algo que se pudo rescatar de ese relato. Algo con lo que me encontré en medio de la lectura. Mientras jugábamos a hacer voz de sirena, cara de yacaré enamorado o de zorro narrando, ví que el relato hablaba de la relacion entre una sirena y un yacaré. Pero, más importante aún, se detenía en el momento en que se estaban mirando. Dice que el yacaré no quería acercarse a la sirena por "miedo a que no existiera". Y se va aún más lejos al plantear que a la sirena le pasaba lo mismo...
Al fin, la sirena decide acercarse de todos modos y conocer al yacaré en cuestión. Resultado que se enteraron que existía un pzoo que comunicaba el mundo real con el fantástico. Proveniendo unos de uno y otros de otro. Pero lo genial es que para el yacaré era fantastico el mundo de la sirena; mientras que para la sirena lo era el del yacaré. Los chicos, como no son tontos, entendieron esta idea enseguida. -La sirena seguro nunca había visto un yacaré -dijo Narella.
Hable entonces de nuestro objetivo de ver ese pozo. ¿Por qué no se les puede hablar a los chicos de los objetivos de Taller? Creo que decirlo fue socializar el Taller y ponernos en igualdad con ellos: Esto lo buscaremos juntos, todos nos meteremos en el pozo que comunica mundos y todos tendremos miedo de acercarnos o no a la sirena.
Ahora pienso en la profunda implicancia de lo que ese cuento escondió. Luego empezamos junto a Araceli y los chicos, a construir el Alma del Taller a través de palabras que les gustaran. Y comenzamos a desandar el camino de escritura a partir de fotos.
Es domingo, afuera llueve y me da fiaca escribir. Pero recuerdo el Taller como un hermoso momento. ¿Los chicos lo recordaran así? Para quien lea esto, quizás en domingo, quizás con lluvia, le dejo unas palabras de Graciela Montes que hablan de la ficción y los niños. Aunque creo que capaz nos está mintiendo, y en realidad esté hablando de la vida nomás...

“La ficción ingresa temprano en nuestras vidas. Comprendemos  precozmente, que hay ocasiones en que las palabras no se usan sólo para hacer que sucedan cosas -para mandar, para dar  órdenes -o para decir cómo es el mundo -para describir para explicar-,  sino para construir ilusiones. Basta con haber oído una sóla canción de cuna  o una sóla deformación cariñosa del propio nombre para saber que a veces las palabras hacen cabriolas y se combinan entre ellas para formar dibujos con el sólo propósito, al parecer, de que se las contemple maravillado. Y, sin embargo, a los tres, a los cuatro, el misterio todavía sobrecoge…”