miércoles, 25 de enero de 2012

Crónicas de insomnio I

Raramente la noche se tranquiliza. Siento todos los objetos de mi alrededor suave, y mi cuerpo recién bañado con algo de fiebre en el sopor de la vigilia, llega a parecerme un objeto más. Despacio, se abre mi ser a tu deseo, perdido entre las ventanas de la ciudad. Solo soy capaz de imaginar tu cuerpo esta noche como un jirón de pintura tendido en mi cama. Sólo así, tu cuerpo sin más movimientos. Y hago fuerzas para que mi mente oiga al fin tu voz mandandome a dormir. No será una orden paternal, será una orden consciente del poder que exerges sobre mí. Oír tu voz tranquila, como una mansa orden, haciendome saber que he cumplido la tarea, que tu cuerpo está satisfecho, que tu cuerpo elige dormir junto al mío.
Cuando al fin la escuche, dormiré venciendo el suave insomnio de puto idealista que tú has nombrado.

24 de enero
Paraná, en la noche de las luces en las ventanas. 

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