domingo, 20 de mayo de 2012

Argumentos

En la secundaria, la profesora de Catequesis dijo respecto al Sexo Anal, repitiendo como verdad absoluta: "Por la boca se come, y por la cola se caga". 
Aquella afirmación me molestó, pero no encontré como enfrentarme a ella. Ni mucho menos a los cuestionamientos de mis amigos, conscientes de mi condición de homosexual y que por tanto tendría sexo anal. 

Esta tarde, leyendo el primer apartado del Manifiesto Contrasexual de Beatriz Preciado encontré argumentos, nuevas miradas, que al fin nos hacen escapar de ese ver el mundo desde un solo lado. Y lo cuelgo acá, donde van quedando algunas señales de mi andar...

El ano presenta tres características fundamentales que lo convierten en el centro transitorio de un trabajo de deconstrucción contrasexual. Uno: el ano es un centro erógeno universal situado más allá de los límites anatómicos impuestos por la diferencia sexual, donde los roles y los  registros aparecen como universalmente reversibles (¿quién no tiene ano?). Dos: el ano es una zona de pasividad primordial, un centro de producción de excitación y de placer que no figura en la lista de puntos prescritos como orgásmicos. Tres: el ano constituye un espacio de trabajo  tecnológico; es una fábrica de reelaboración del cuerpo  contrasexual poshumano. El trabajo del ano no apunta a la reproducción ni se funda en el establecimiento de un nexo romántico. Genera beneficios que no pueden medirse dentro de una economía heterocentrada. Por el ano, el sistema tradicional de la representación sexo/género se caga.
Beatriz  Preciado, Manifiesto Contrasexual

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