sábado, 22 de septiembre de 2012

Apuntes para mover un elefante (VI): generación



siento envidia de los lector que aún no han nacido
que leerá mis poemas
ya no estaré

alejandra pizarnik, diarios

Encontré un poema viejo. Llevaba esas palabras de Alejandra sobre sí. En él decía –o alguien decía, o algo me hacía decir- que todo parece irreal. Y aún me parece sano afirmar eso. Me parece que es una muestra de la mas sublime cordura (o locura, todo es relativo) afirmar la irrealidad del mundo de vez en cuando. El problema es que somos jóvenes. Y la juventud quizás sea el deseo de que algo exista. De que algo sea real.
Y el viejo poema culmina sosteniendo que algo somos: Somos aquellos lectores no nacidos para los que Pizarnik escribió. Ahora que lo encontré entre papeles viejos, sonreí y supe que debía escribir sobre eso este mes.
Es raro, pero en el momento en que escribí aquello me sentía solo -con esa soledad que solo la adolescencia sabe profundizar- y sin embargo escribí somos. En plural. Como si algo, algún instinto propio de mí como humano, me llevara a ese plural. Como si realmente en aquello que realmente, adentro y adentro, somos estuviese esa pluralidad, ese ser colectivo. Por eso, ¿cómo no escribir sobre nosotros como generación?
Escribir -por ejemplo- que cada vez que escribo ‘nosotros’ en estas paginas, me siento autor de un crimen. Como si transgrediera una norma que tacita e irreversible nos obligara a estar fragmentados. A ser solo gente separada, desconocidos y punto. 
Y eso es grave, porque técnicamente debe ser apuntando en estas hojas –que para eso están- que una sola persona no moverá ningún elefante.
Encontrarnos como generación es complicado. Individualismo, y todo eso de por medio. Sin embargo, aún podemos hacer actos de resistencia. Ser criminales del nosotros un rato. Abrirnos espacio en las grietas que se abren. Y más verbos: Gritar. Militar. Jugar. Resistir.
Al respecto de eso estuvimos hablando con una amiga. Queremos hacer un grupo en la Biblioteca de Barriletes. Queremos darnos piedra libre para jugar, atrevernos. Así que estas invitado, a llenar espacios de contenido, a crear espacios.
Para que así podemos como generación encontrarnos. Sentirnos. Así podremos mover un poco este elefante.
Somos jóvenes. Lo digo, lo escribo, porque eso me da esperanza. Somos una generación, ¿dormida? ¿distraída? ¿despierta? No sé.
La juventud está perdida nos dicen. Y bueno, todo es relativo. Depende de cuál crea cada uno que es el camino.
Estos apuntes parecen pasos perdidos. Que lo parezcan, mientras sean pasos. Pasos que por cierto, cambiaran un poco de forma ahora.
Hasta aquí con algunos apuntes, agarraremos algún que otro sendero distinto.
Acá estamos tratando de pensar la política desde otro lado. Estas páginas tratan de hablar sobre política y juventud. Y si no están siendo eso, digo nuevamente, que me chiflen.
Mientras tanto, la juventud se cansó de ser futuro y comenzó a ser presente.

para Barriletes
Septiembre 2012


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