domingo, 16 de septiembre de 2012

Todos somos Aquiles alguna vez...

(...) Aquiles rompió en copioso llanto al verlos alejarse; 
se alejó él también de sus compañeros  y fue a sentarse a la orilla del mar; 
clavó sus miradas en el piélago inmenso  y extendió los brazos para invocar a su madre...

La Iliada - Canto I, La peste y la cólera


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