sábado, 3 de noviembre de 2012

¿Hasta donde se puede construir el relato?

Les cuento una historia. Quizás la historia seguiense de la semana. Yo soy de un pueblo entrerriano al que vuelvo cada semana a dar un Taller sobre Literatura Infantil: Seguí. Esta semana sucedió que un inspector de transito municipal salió de su casa, se dio cuenta que no tenía casco y se multó a sí mismo. El hecho, vaya uno a saber cómo, se convirtió en la noticia mas interesante para ser difundida en Pagina/12 como una de sus 'curiosidades' de Tapa, tuviera una nota en TN, fuera causa de bromas por el mismo Pettinato y se difundiera por Facebook cual pólvora. Anoche, mientras comía con mis amigos les decía que me parece un poco inentendible este juego. Es decir, los comentarios de 'ciudadanos ejemplar', 'un pueblo donde se hacen las cosas bien' o 'así de justos somos los entrerrianos'. Digo, hasta la semana pasada todos sabíamos y nos quejábamos de que las multas no son justas para todos. Todos decíamos que tal o cual puede andar en cuatri sin problema, mientras que a aquel lo multan enseguida. Y ahora todos, con mayor o menor esquizofrenia  jugamos a la inspección de transito ejemplar.
Se construyó, de alguna manera, un relato. Si bien este caso, por tocar en algún punto el realismo mágico, me sorprende y llama la atención sobre esta cuestión no es algo novedoso en mi pueblo la construcción de relatos. Aquí las historias no valen por como sucedieron, sino por como son contadas. Y en ese contarlas hay un profundo juicio de valor colectivo. Juicio de valor que va desde el hecho de que si una mujer es linda lo debe cuernear al marido hasta decir junto a la noticia del asesinato de una persona que era abiertamente homosexual 'el tenía lo suyo pero no era para que terminara así'.
Allí el relato está, pero está la realidad también: Un asesinato. A ver, que Chosmky me ayude un rato. El decía en un textito que leí para rendir Linguistica General que había dos problemas que le apasionaban. Uno era el problema de Platón, sobre la pobreza de estímulos (¿Cómo sabemos tanto teniendo tan pocos estimulos?) y el otro, que era a su juicio más importante, era el problema de Orwell. En sus palabras, este problema presentado en la novela 1984 del genial inglés, se puede resumir como: la capacidad de los sistemas totalitarios para inculcar creencias que son firmemente sostenidas y muy difundidas, aunque carecen por completo de fundamento y a menudo contrarían francamente los hechos obvios del mundo circundante.
Hay ahí entonces un problema. Ahora bien, traigamos ese problema que vi en mi pueblo y que me hizo acordar a Chosmky, para pensar en un hecho: El presupuesto 2013.

Cuando empezamos a hablar de 'el relato':
Es un hecho evidente, y aceptado generalmente, que hay en el kirchnerismo la construcción de un relato. Y que, bueno, la construcción de ese relato ha sido el eje de su época. Al relato no le falta nada. Tiene rasgos religiosos: 'él', el 2003 como llegada de la luz, y el '25 de mayo' que ahora también es el día del comienzo del kirchnerismo. Tiene un andamiaje que lo sostenga: Cadena nacional, el montaje de espectáculos  la captación de artistas e intelectuales. Tiene conceptos propios: Lo nacional y popular y todo aquello que podemos hacer unidos y organizados.
Así es que, sin saber bien cómo o cuando, todos aquellos que militamos de alguna u otra manera, no hemos podido evitar hablar de "el relato" en nuestras ultimas conversaciones. Algo sorprendidos y con bronca por el uso de una maquinaria discursiva que por un lado dice "Hoy hemos venido aquí a inaugurar sueños" y por otro no explica muy bien cómo los sueños argentinos lograran concretarse.
Como estudiantes universitarios nos enfrentamos a este relato, que, discursivamente, proclama la educación como bandera y  dice ver en los jóvenes el futuro y esperanza de su modelo.
En una nota publicada por Río bravo, Victor Hugo Sartori, decía: Los teóricos posmarxistas (en consecuencia los prácticos también como Cristina) se mueven en el ámbito de los valores -"igualdad" y "libertad"- de la democracia liberal, en la imposibilidad de cambios sustanciales.
Lo preocupante no es que se muevan en la imposibilidad de los cambios sustanciales. O al menos para mí lo más preocupante es que nosotros, pibes de 18, 20, 22 años les creamos. Corremos riesgo de que una generación entera crezca creyendo que ciertos cambios son imposibles. A ver, así como a un homosexual de hace cincuenta años le hubiera parecido imposible casarse pues el relato de exclusión vedaba tal reclamo -De hecho no figura en los reclamos y las luchas de las más férreas organizaciones de lucha LGTB de la época-, así de imposible nos está pareciendo la Reforma agraria a nosotros los jóvenes de comienzos del SXXI. ¿Y eso es inaugurar sueños? ¿Hasta acá alcanzamos a soñar? Ya lo dijo muy bien Alejandro Dolina: "Que aprendan a soñar aquellos que sueñan con ganar la lotería".

Presupuesto 2013, desnudar el relato:
El presupuesto universitario a nivel nacional representa el 3,5% del Cálculo de Recursos y Presupuestos de Gastos total de la Administración Nacional. Se trata de un porcentaje similar al de 2012. Ahora bien, si lo asimilamos con el gasto real que las Universidades Nacionales tendrán en 2013, nos podemos dar cuenta que este aumento será absorbido por los aumentos salaries efectuados en 2012. Aumentos que, por otro lado, han sido insuficientes. Entonces no hay aumento, hay regresión.
Los salarios, en el presupuesto 2013, siguen siendo la variable de ajuste. Se pretende lograr una 'calidad educativa' sin dignificar al trabajador docente. Y el gobierno de los científicos argentinos tiene además una nula distribución de fondos para ciencia y técnica.
Si nos fijamos en Entre Ríos podemos ver que el gobierno urribarrista, cercano al gobierno nacional, ha sostenido discursivamente que la UADER es inviable para los entrerrianos. Es decir, no tenemos plata para sostener la Universidad Autónoma de nuestra provincia. Esto quiere decir somos menos federales, somos menos autónomos  Pero a su vez, decimos que está es, al decir de nuestro himno provincial, la Entre Ríos que Urquiza soñó. Digo nuevamente, ¿no es un poco esquizofrenico? Si el gobierno provincial reclamara al gobierno nacional lo que le corresponde en una justa distribución del ingreso por impuestos, tendría un adicional anual 6000 millones. Con lo cual nuestra provincia podría ser más realmente autónoma.
AGMER, en esta provincia, ha reclamado participar de la discusión presupuestaria. Ya que el presupuesto no prevé subas salariales sino que tan solo coloca las conseguida a regañadientes por la lucha docente.
El recorte de becas a nivela nacional es otro ejemplo de esto. Y es algo que nos toca como estudiantes universitarios.

La pregunta es, ¿hasta donde se puede construir este relato? O mejor, ¿qué hay debajo de los relatos? Pensemos por ejemplo en el relato de MNR, con un Centro de Estudiantes en Humanidades que discursivamente se coloca cada día como de todos los estudiantes. O más aún, pensemos en Franja Morada queriendo parecer progre. ¿Qué hay debajo de eso? Ni MNR ni Franja quieren llegar más allá de su relato. Me da cierto miedo pensar en los carteles de MNR que propagandean el Centro de estudiantes como un espacio donde está todo bien cuando todos sabemos que no está todo bien. ¿Qué puede estar bien en una  Facultad con el 60% de expulsión? Digo, se trata de entender que estar en la conducción de un proceso politico o de un espacio de lucha como el Centro de estudiantes implica abrir debate. Tendría más respeto hacia los militantes del MNR si me plantearan la necesidad de luchar y debatir esa expulsión que sí trataran de decirme que está todo bien porque ellos están conduciendo. Lo mismo pienso al ver los carteles de Franja respecto a la FADU. Y eso me hace pensar que en el fondo son la misma cosa y su pelea solo forma parte del relato. Abajo, en el fondo, tienen la misma ideología. ¿Ideología? Sí, porque aunque cualquier movimiento se exprese como simple hacer, como autónomo  como libre, como independiente tiene una ideología. No somos independientes de la mirada con la que miramos la realidad. Esa es nuestra ideología. Es constantemente re-visitada, en permanente movimiento e inestabilidad porque los militantes, los humanos, somos inestables. Pero es una mirada. Y como tal exijo que se desnude y presente como una mirada ideológica sobre la realidad. Para darnos cuenta que al fin y al cabo MNR y Franja tienen la misma ideología  que Clarín y el Kirchnerismo tienen la misma ideología. Para dejar de discutir por A o por B y pasar a discutir nuestro camino.


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